Así era como la llamaban al saber solucionar crímenes con una habilidad tan asombrosa que se podía decir que lo hacía de una forma milagrosa; antes de que se volviera en una de las prófugas más temidas por la gente y es que no era por gusto, después de oír todas las cosas que había hecho y la forma tan grotesca de terminar con sus víctimas sumadas a su esquizofrenia no la hacia en una persona menos temida, sino al contrario... Pero...
¿Qué había sucedido para que en tan poco tiempo ella se volviera así?
Retrocedamos a unos meses atrás...
"Marigold, la mejor criminóloga de toda Francia nuevamente gana la batalla al crimen, al descubrir el lugar donde tenían secuestradas a 13 personas y al dar con el paradero del asesino del alcalde de Chantelle"
Era el texto que adornaba cada portada de cada periódico en Francia mientras en las oficinas de criminología, varias personas que trabajaban ahí, celebraban el triunfo de la joven, quien le rendía todo su triunfo a sus padres, los cuales habían estado con ella en cada momento, causando algo de envidia en su propio jefe, que lejos de sentirse orgulloso de tener a alguien como ella en su cuerpo de trabajo, se sentía molesto pues no podía seguir permitiendo que una "novata" como él le llamaba en lo secreto, siguiera progresando cada vez más, pues eso podría causar que en cualquier momento a ella la pudieran postular como la nueva jefa, dejándolo a él un puesto más bajo como el de sub-jefe por ejemplo y sabía que para lograr eso, tendría que hacer algo que realmente le afectara...
Y así fue.
Poco a poco el desempeño de la Bourgeois fue disminuyendo notoriamente al punto que el solo hacer una operación básica le costaba trabajo, su nombre dejó de aparecer en la portada de los periódicos y la dejaron de llamar "Marigold" y no era para más, pues de un momento a la fecha había pasado por cosas que se habían encargado de terminar con la luz de su vida.
Sus padres habían muerto al haber sido baleados, su gato había sido envenenado, su casa se había incendiado mientras trabajaba perdiendo de esta forma todas sus cosas, haciéndola mudarse a lo que era la casa de sus padres; su mejor amigo desapareció de la nada, su novio fue encontrado muerto después de unos días de desaparecido, entre otras cosas...
Y su jefe parecía no ablandar su corazón ante su sufrimiento, al contrario, se encargaba de presionarla cada día más en el trabajo, al menos hasta una noche en la cual ella caminaba hacia su hogar donde solo deseaba llegar y dormir para callar su mente, sin contar con que esa noche ella sería el juguete sexual de un hombre del cual pudo observar su rostro antes de caer desmayada al haber recibido golpes de su parte por poner resistencia.
Días pasaron con la ausencia de la misma en el trabajo, haciendo el entorno feliz a aquel hombre que la quería destruida.
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La noche había caído y el jefe de criminología se encontraba totalmente solo bebiendo café tranquilamente en su oficina después de una larga jornada de trabajo, pero toda esa paz se fue en un segundo al ver como abrían la puerta de su cubículo y por ella entraba una persona encapuchada sosteniendo un cuchillo en mano...
"¿Me extrañó, señor?"
Fue lo único que dijo antes de lanzarse a terminar con el causante de todos sus males, al punto de destriparlo totalmente para finalmente firmar con la sangre de su víctima la pared escribiendo solo una letra...
"-M"
Sin saber que le gustaría tanto esta forma de desahogar su dolor que la repetiría un par de veces más hasta volverlo habitual, teniendo esta, como la única forma de parar su sufrimiento.
