Una mujer de cabello negro se encontraba en el baño de su hogar mientras su esposo la esperaba en la sala, antes de que la misma saliera, que fue cuando él al verla se puso de pie para acercarse...
-¿Y bien?... —la vio negar y su expresión decayó un poco— ¿Nada?...
-Nada...
-¿Solo fue una?
-Fueron las 3... Negativo... —lo volteó a ver antes de abrazarlo— No estoy embarazada, otra vez...
-Ay, amor... —respondió a su gesto mientras besaba su cabeza— Tranquila...
-Es que no entiendo... —sollozó— Si nada está mal, ¿por qué no podemos tener un bebé?...
-No lo sé, cariño... ¿Quieres que vayamos con otro especialista?
-Van a hacernos los exámenes y van a decirme lo mismo que en todos los lugares a los que hemos ido, que estamos bien y que si puedo embarazarme sin problema
-¿Has tomado las pastillas que te recetaron?
-Si... Y nada... —se separó de él para verlo— Siento que quizá y si hay algo mal pero no lo han detectado... Ya llevamos intentando mucho tiempo, corazón...
-Lo sé... Pero no hay que desanimarnos, ¿de acuerdo?
Vio como ella hacía un sonido de confirmación antes de ser de nuevo envuelta en los brazos del de ojos color miel, quien después la invitó a comer.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Poco más de un mes había pasado y la pareja de esposos habían viajado a Londres y ahora mismo se encontraban llegando a casa de Sierra, la mejor amiga de Mari, siendo recibidos por su esposo que abrió la puerta junto a ella, quien ya tenía una abultada barriga, la cual sonrió al verlos antes de acercarse para abrazar a cada uno...
-Hola amiga, hola Midas, ¿cómo se encuentran?...
-Hola, ¿cómo han estado?
-Hola a ambos... —sonrió la azabache— Estamos muy bien y—
-Perdón por interrumpir, pero ¿les parece si mejor vamos a la Sala a tomar asiento?... Estoy que no aguanto los tobillos...
-Oh, claro, vamos...
Ambas parejas se dirigieron a la Sala de aquella casa y tomaron asiento mientras el hombre musculoso les servía una taza de té...
-Ahora si, lo siento, ¿qué decías, Mari?
-Solo decía que Midas y yo hemos estado bien, algo cansados y ocupados por el trabajo, pero todo en orden, ¿y ustedes?
-Pues personalmente, he estado muy agotada y los pies se me hinchan mucho...
-¿Es normal por lo de tu embarazo?
-Si, dejando de lado que ya tengo desesperado a Ronin, ¿cierto, amor?
