XIII

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Sara...

Me desperté muy agitada, estaba sudando mucho, mi respiración estaba muy acelerada y me temblaban las manos.

Había tenido una horrible pesadilla, pero era diferente, era demasiado vívida. Sentía como si lo hubiese vivido ya, pero yo no recordaba haber pasado por eso.

En el sueño yo estaba en la torre de astronomía. Ahí en la orilla, junto al barandal, estaba el rubio. Yo trataba de detenerlo de hacer algo, pero el se negaba a hacerme caso.

Tenia un horrible presentimiento sobre ese "sueño".

Miré la hora, eran las cuatro y media. Traté de volver a dormir pero la imagen de aquel sueño no se iba de mi cabeza, y aún seguía con ese mal presentimiento.

Sin saber muy bien por qué, me levante de la cama, pise el suelo frío y, como pude, me puse unos zapatos con las manos aún temblorosas.

Salí de la habitación y bajé las escaleras, me dirigí hasta la puerta y como si mi cuerpo estuviera haciendo todo de forma automática abrí la puerta con decisión.

Subí los escalones de las mazmorras hasta llegar a los pasillos. Caminé por estos con un objetivo claro.

Solo era un presentimiento, pero era muy fuerte y no se iba. Así que le hice caso a esa sensación.

Los pasillos estaban completamente a oscuras a excepción de las esquinas en las que habían pequeñas farolas encendidas con fuego, pero la llama no era lo suficientemente grande como para poder alumbrar el pasillo por completo. Así que cuando ya iba por la mitad del pasillo, se me dificultaba mucho ver por donde iba y tenía que acercarme a las paredes para ir tanteando el camino.

Al doblar la esquina en uno de los pasillos, me detuve en seco al ver a uno de los profesores de la escuela de espaldas a mí. Este iba con una varita en mano, la punta de ésta iluminaba el pasillo por completo, así que con que se diera la vuelta era suficiente para mirarme.

Retrocedí caminando de espaldas tratando de no hacer el mínimo ruido, pero al no ver por donde iba, choque contra un muro haciendo el suficiente ruido para que el maestro se percatara de él.

Se volteó y estiró la mano con la varita apuntando en mi dirección. Inmediatamente reconocí al maestro, ya que era jefe de la casa a la que pertenecía.

Entre cerró un poco los ojos y frunció el ceño al verme ahí pegada contra la pared.

—¿Qué hace fuera de la cama a estas horas, señorita Maximoff?— dijo con su manera tan lenta pero intimidante forma de hablar.

Me quedé sin palabras, si cuando normalmente hablabas con él daba miedo, que te pillara haciendo algo indebido se notaba que le enojaba bastante, por lo que no hacía falta mencionar que estaba aterrada.

—¿Y bien?

—Yo...— no sabía que decir, me había atrapado. Podría disculparme por haber incumplido las normas, pero probablemente me mandaría devuelta a mi habitación, y la sensación de que debía ir al lugar de mi pesadilla estaba aún más fuerte que antes.

Sin pensármelo dos veces decidí que por una vez, rompería las normas, que mi madre muchas veces se había tomado el tiempo de repetirme.

Me concentré dejando fluir mis poderes hasta sentir que por mis dedos salía el color tan distintivo de éstos.

DE OTRA REALIDAD || Sara Maximoff||Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora