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Pov: Sara...


Seguía ahí parada viendo al rubio sentado en el sillón sin despegar la vista de mi. Su mirada me intimidaba, me miraba con tanto odio que tuve que apartar la mirada.

—Hey Maximoff, ven siéntate con nosotros— me dijo animadamente el moreno.

—Hola— dije algo tímida e incómoda mientras me acercaba y me sentaba en uno de los sillones vacíos.

—Hola— saludaron al unísono el castaño que había conocido en la mañana y los otros dos chicos que no conocía. El castaño les hizo señas al de pelo ondulado y al pelo liso.

—Soy Tyler... Tyler Prewett— se presentó el de cabello liso.

—Josh... Josh Rosier— se presentó ahora el de pelo ondulado.

—Sara Maximoff— dije bastante incómoda sintiendo la mirada del chico rubio.

Aún podía escuchar en mi mente los gritos de dolor que soltaba el chico con cada rayo de luz que chocaba contra el. Al igual que la risa de la mujer que se los proporcionaba. Volteé en su dirección y confirmé que me seguía viendo. Rápidamente aparte la vista y me levanté del sillón.

—Emm... Alguien podría decirme cuál es mi habitación— dije.

—Las escaleras del lado derecho son los dormitorios de las chicas. Al lado de la puerta hay un letrero con el nombre de la persona a la que pertenece la habitación, si quieres te puedo acompañar— dijo el chico que se había presentando como Theodore Nott en la mañana.

—Esta bie- — no terminé de hablar porque me interrumpió el rubio.

—Yo la llevaré Nott. Necesito hablar con ella sobre algo— dijo el rubio, ganandose miradas confundidas de todos. Y en mi caso una de terror. No quería estar con él, por eso era que me iba a la habitación.

—No, tranquilo, yo puedo encontrar la habitación sola— dije para tratar de no estar con él.

—No seas tonta, vamos, así será más fácil que encuentres la habitación— me insistió. Se levantó y comenzó a caminar, así que no tuve más remedio que seguirlo.

Yo lo seguía en silencio y con la cabeza gacha, pero aún así, alerta a cualquier movimiento suyo. No lo conocía, así que no sabía de lo que era capaz.

Llegamos frente a una puerta que suponía era la de mi cuarto. El paró y comenzó a hablar aún de espaldas a mi.

—Muy bien ahora escuchame. No se lo que viste, pero se que viste algo, ahora mismo no me importa que, pero como se te ocurre decir algo, date por muerta, ¿entiendes?— me dijo. Yo me quedé quieta en mi lugar sin saber que decir.

—¿Entiendes?— volvió a preguntar esta vez un poco más alto y dándose vuelta para clavar sus ojos en mi.

—¿Qui-quién era la mujer?—pregunté con curiosidad y tartamudeé un poco. El solo me miro confundido.
—La mujer que te lastimaba—  aclaré.
—¿Quién era?— volví a preguntar. El me miró con el ceño fruncido.

—No es de tu incumbencia. No te vuelvas a meter a mi cabeza o será lo último que hagas— me dijo molesto.

Después comenzó a caminar y se fue de ahí. Miré la puerta delante de mi y entre en el cuarto.

Todo estaba de un color oscuro había una cama en el centro de la habitación. Ésta tenía unas cobijas de color verde al igual que la mayoría de cosas del lugar. Al lado de la cama había un pequeño mueble. Más alejado de la cama había un escritorio, al lado de este habia un armario. Me dirigí hacia éste y lo abrí. Dentro del armario había ropa y un uniforme. Este era de color negro con verde. Al lado derecho de la cama había una ventana por la que sólo se veía el agua y alguna que otra criatura que pasaba por ahí.

DE OTRA REALIDAD || Sara Maximoff||Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora