Los Tres Guerreros del Futuro: Gohan, Trunks y Ranch

1.5K 94 158
                                    

Esta historia alternativa comienza en el Monte Paozu, hogar del mayor héroe de la Tierra: Son Goku. Los amigos de Goku estaban afuera de su casa. Todos con miradas de tristeza en sus rostros, mientras Raditz pasaba corriendo, apartándolos del camino para entrar a la casa de Goku. Solo para encontrar a Gohan y Milk de pie junto a su cama. Raditz tomó la mano de su hermano, rogándole que abriera los ojos y volviera con ellos. Pero era demasiado tarde. Goku realmente se había ido. Había fallecido a causa de un virus cardíaco mortal; era incapaz de ser resucitado con las Esferas del Dragón, ya que no podían resucitar a aquellos que morían naturalmente por vejez o enfermedades.

Gohan: "Papá..."

Raditz: "Hermano... por favor... ¡Tienes que volver a levantarte!"

Milk: "Raditz... lo siento mucho".

Milk colocó una mano en el hombro del saiyajin, dándole sus condolencias. Bulma consoló a su pequeño hijo, Trunks, quien estaba llorando; mientras Launch hacía lo mismo con su pequeña hija, Ranch.

Ranch: "¿Mamá? ¿Está el tío Goku durmiendo?"

Launch abrazó a su hija, lágrimas corriendo por su rostro.

Launch: "Si, cariño. El tío Goku está durmiendo".

Pero los seres queridos de Goku no tendrían mucho tiempo para llorar su pérdida. 6 meses después, llegaría un par de androides creados por el Dr. Maki Gero, llamados 17 y 18. Con su llegada, traerían destrucción y muerte dondequiera que fueran. Su poder era incluso mayor al del poderoso tirano espacial Freezer. Uno por uno, los defensores de la Tierra los enfrentarían; y uno a uno caerían. Ninguno de los cuales podría regresar a la vida, ya que con la muerte de Piccolo, llegó la muerte de Kamisama y, a su vez, las Esferas del Dragón quedaron inútiles. Sin embargo, incluso en aquella era de oscuridad para la Tierra, algunas chispas de esperanza continuaron ardiendo.

---

13 años después, Trunks se sentó en un automóvil con su madre, Bulma, conduciendo por la carretera mientras escuchaba un informe en la radio sobre el último ataque de los androides en la ciudad de Paprikaberge. Bulma escuchó todo lo que pudo soportar, antes de apagar la radio en disgusto. Todos los días era lo mismo. Cada día se transmitían más noticias de muerte. Todos los días, los androides atacaban una nueva ubicación, sin perdonar un alma en su sangriento alboroto. Veían lo que hacían como poco más que un juego. Un juego que siempre ganaban. Trunks le dijo a su madre que se fuera a casa sin que él, haciendo que detuviera el vehículo, sabiendo exactamente lo que estaba planeando.

Bulma: "¡Ni lo pienses! ¡No puedes enfrentarte a esos monstruos por tu cuenta!"

Trunks: "¡¿Qué más se supone que debo hacer?! ¿Simplemente dejar que toda esa gente muera? ¡No puedo pasar toda mi vida viviendo con miedo!"

Bulma: "A mí tampoco me gusta, Trunks. ¡Pero me niego a dejar que maten a mi único hijo!"

En contra de los deseos de su madre, Trunks despegó hacia Paprikaberge, dejando a Bulma sola, furiosa y con poco más que hacer excepto desearle suerte.

Bulma: "Él realmente es el hijo de su padre... Será mejor que vuelvas de una pieza, niño".

Trunks llegó a Paprikaberge, solo para descubrir que era demasiado tarde. La ciudad estaba en ruinas, su gente muerta y los androides desaparecidos hacía mucho tiempo. Mientras el joven híbrido caminaba por la alguna vez orgullosa ciudad, maldijo a 17 y 18 por lo que habían hecho. Esas personas estaban indefensas y, de todas formas, los androides optaron por matarlos como animales sin vacilación ni piedad.

Trunks: "¡Esto no es justo! ¡¿Cómo pueden existir personas tan crueles?!"

En ese momento, Trunks escuchó una melodía hermosa, como la de una flauta. Era la melodía de la esperanza. Como si fuera un regalo de los Kaioshin, ¡Aparecieron un par de héroes! Los héroes de esa línea temporal. Los únicos lo suficientemente fuertes como para enfrentarse a los androides y vivir para contarlo: Gohan, y su joven prima/aprendiz, Ranch, y esta última había hecho notar la presencia de ambos con su ocarina. Cuando los dos guerreros aterrizaron frente a Trunks, Ranch intentó aligerar el ambiente bromeando, alegando que los niños de la edad de Trunks no deberían caminar por esas calles sin supervisión de un adulto. Trunks estaba feliz de verlos a ambos. Pero su felicidad pronto se convirtió en tristeza y rabia al recordar lo que los androides le habían hecho a aquel lugar y a su gente. Ranch consoló a Trunks, y Gohan le aseguró que agregarían a la gente de Paprikaberge a la lista de cosas por las que 17 y 18 pagarían.

Raditz: Hermano de KakarotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora