Gun llegó a las 08:30 a.m. a la cafetería. Como todas las mañanas, pidió un café negro bien cargado y unas tostadas con huevos revueltos. La amable mesera le sonrió luego de anotar su pedido, aunque no hacía falta, ya que la chica recordaba el pedido del muchacho.
Luego de unos minutos, su orden estaba en su mesa, así que comenzó a desayunar tranquilamente. Miró el reloj de su muñeca 08:45 a.m. Se enderezó en su asiento y esperó a que la conocida campana de la puerta sonara.
Y allí estaba, el hombre que robaba sus sueños más profundos y húmedos. Tenía el cabello de color negro oscuro y su piel era pálida. Llevaba un elegante traje negro de tres piezas y un maletín marrón en la mano. Gun no pudo evitar suspirar al verlo entrar al lugar. Era dolorosamente guapo, y su voz le provocaba corrientes eléctricas en la espalda. El hombre se dirigió a la barra de la cafetería y se sentó en uno de los taburetes. Pronto llegó la mesera llamada Sammy, y tomó su pedido. Gun podía recordar exactamente lo que el hombre pedía todas las mañanas: café con leche acompañado con dos croissants.
Desde su mesa, Gun solo veía su espalda ancha, sus piernas musculosas y su apetecible trasero. Su treja parecía a punto de explotar cuando el hombre estiraba sus brazos. No es que Gun le moleste la vista, pero desde allí no podía escuchar la conversación entre el hombre y Sammy. Estaba enojado por estar sentado en aquella mesa de la esquina, en vez de estar en la mesa que siempre usaba, la cual era la que estaba al lado del hombre. Desde esa mesa podía escuchar lo que el hombre hablaba con Sammy, aunque nunca pudo escuchar su nombre.
A pesar de que le gustaba escuchar las conversaciones entre esos dos, se sentía estúpido por no se él quien charlaba amistosamente con el hombre. También se sentía idiota por no saber su nombre. Sabía miles de cosas del pelinegro: cual era su auto y patente de este, sabía que estaba soltero, sabía que era un abogado muy bien pagado, sabía que comía en esa pequeña cafetería porque las cafeterías lujosas y sofisticadas no eran lo suyo, etcétera. Pero no sabía algo tan simple como su nombre o su edad.
Aunque había otra cosa que preocupaba aún más a Gun: su orientación sexual. Realmente necesitaba saber si aquel espécimen hermoso se interesaba por los hombres, y si se interesaría en él, de la misma forma que este se interesaba por el pelinegro. Realmente no podía dejar de pensar en ese hombre con cuerpo entrenado y voz sensual. Tanto era su deseo por él, que cada mañana llegaba quince minutos antes para poder esperarlo y verlo, aunque a él le faltaran dos horas para entrar a su trabajo. Luego unos días de no poder apartar su mirada de él, Gun acepto que tenía un pequeño crush con el hombre.
Volvió a suspirar recordando que, en solo veinte minutos, el hombre se iría y él tendría que esperar hasta el día siguiente para poder verlo. Comenzó a pensar en formas de poder conocerlo, o simplemente saber su nombre. Nada se le ocurrió hasta que su mirada se dirigió hasta que su mirada se dirigió a Sammy. Gun quería golpear su cara contra la mesa blanca por no haber pensado en ella antes. Sammy hablaba todos los días con él, ella debería saber su nombre ¿No?
Luego de veinte minutos exactos, calculados correctamente por Gun, el hombre dejó dinero en la barra, tomó su maletín, se despidió de Sammy y se fue con una sonrisa. Esa sonrisa que mataba al pequeño castaño que lo observaba todos los días. Ese mismo muchacho, se levantó tratando de parecer calmado, dejó dinero en la mesa para pagar su pedido y se acerco a Sammy. Puso su mejor cara con amabilidad y dijo:
- Sammy, ¿puedo preguntarte algo?
Ella lo miró con curiosidad mientras asentía.
- El hombre que se fue recién, ¿s un abogado reconocido? Creo que lo he visto en algunos periódicos.
- Sim es un abogado importante, ¿Porqué preguntas? – Sammy lo observaba extrañada.
Gun trago saliva y respondió:
- Una prima mía necesita un abogado urgente, y él parece uno de los mejores. Por casualidad ¿sabes su nombre?
El muchacho cruzaba los dedos detrás de su espalda, pidiendo que la rubia supiera. No quería parecer desesperado, pero se sentía así.
- Su nombre es Jumpol Adulkittiporn. – dijo amablemente. Gun hizo una leve reverencia, agradeciéndole y salió de la cafetería.
Jumpol Adulkittiporn
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Gun casi se podía imaginar gimiendo ese nombre. Esa noche sí que tendía un buen sueño húmedo.
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Empezamos una nueva historia, como siempre agradecerle a la autora mellovesshownu por dejarme adaptar su historia preciosa a nuestros hermosos OffGun, espero que les guste este primer capitulo. Como siempre agradezco su apoyo incondicional. No se olviden de dejar sus votitos y comentarios, ya saben que me encanta leerlos.
Y pásense por mi perfil y échenle un ojito a las historias que están ahí. Denle una oportunidad a "Ven aquí, y ámame".
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Regalo ~ OffGun ~
Подростковая литератураOff era un hombre desconocido que desayunaba todos los días en la misma cafetería que Gun. "Nunca me han regalado nada para el día de San Valentín" le comentó Off a la mesera con la que siempre charlaba. Y Gun decidió que iba a ser el encargado de d...