~ TRES ~

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Ese día Gun no estaba en la cafetería.

Sammy supuso que se había quedado dormido o estaba enfermo, hasta incluso pensó que se le había presentado algo. Pero sí, resultaba raro no ver al delgado castaño desayunar en silencio en la mesa de al lado de la barra. La rubia se había acostumbrado a verlo diariamente y le había tomado cierto cariño. No le gustaba amorosamente, lo veía como un hermano mayor, a pesar de que no hablaban mucho. Probablemente, si Gun fuera mujer, Sammy ya habría caído en sus brazos, pero era hombre, así que nada iba a pasar entre ellos.

Le gustaba atender bien a Gun, ya que siempre lo veía con ojeras y con cara de cansado. Siempre arrastraba sus pies y un bostezo salía de su boca cada cinco segundos. Le parecían divertidos los gestos que este hacía, como por ejemplo los gestos cuando se atragantaba, cuando se quemaba la lengua o cuando le había echado demasiada sala a los huevos, y así tenía una pequeña lista.

También le había parecido raro que el castaño haya preguntado por el sexy abogado con el que siempre charlaba. Ahí se dio cuenta que nunca se había puesto a pensar en la sexualidad de Gun ¿Acaso le gustaba Off? ¿Era real la situación de su prima? Sammy se prometió que iba averiguarlo cueste lo que le cueste.

La realidad es que Sammy no sabía que Gun estaba fuera de la cafetería, específicamente en la esquina de esta. Esperando para investigar que es lo que hacía Jumpol antes de entrar a la cafetería. Deseaba encontrar algo que lo ayudara a preparar el regalo de San Valentín para el pelinegro.

Logro visualizar el auto negro de Jumpol, y rápidamente tomó su celular para disimular que los estaba espiando. Aprovecho de mirar la hora eran las ocho treinta de la mañana. Gun frunció el ceño ¿Por qué Jumpol entraba a la cafetería a las ocho cuarenta y cinco su llegaba a la ocho treinta?, decidió que iba seguir investigando, así que se sentó en un banco que había al lado de la cafetería.

Jumpol bajó del auto mientras Gun se acomodaba en el banco de madera. Al disimular que esta usando el celular, tuvo que observar al pelinegro de reojo. Este no entró a la cafetería, si no que entró al supermercado que estaba en la calle de enfrente. Quería ir detrás de él, tomarle el brazo, voltearlo y besarlo, pero no se movió. ¿Debería entrar detrás de él y espiar que compraba? No, eso ya sería demasiado acoso.

Unos minutos después, Jumpol salió con dos bolsas de comprar en sus manos. Gun pudo ver el contenido de las bolsas y quiso soltar una carcajada. Dentro de las bolsas, había ocho o nueve paquetes de ramen instantáneo. ¿Cuánto ramen puede comer una persona? Supuso que Jumpol solo había llegado temprano para comprar, ya que luego de hacerlo, entró a la cafetería a eso de las ocho cuarenta y tres. Cuando paso cerca de Gun, este pudo notar que el pelinegro era mucho más alto que él, eso le hizo sonreír. También pudo sentir ese aroma que tanto amaba. No sabía a qué olía exactamente, pero le gustaba.

Gun espero unos minutos más, y decidió entrar a la cafetería. Su mesa habitual estaba ocupada, por lo que tuvo que sentarse en la mesa de la esquina derecha. Otra vez solo veía la espalda de Jumpol que esperaba que le dieran su pedido.

- Gun ¿me oyes? – Sammy movía una mano delante de la cara del nombrado. Éste reaccionó y la saludó con un poco de vergüenza.

- Se me hizo raro que llegaras tarde, me estaba preocupando. – dijo esta con una suave sonrisa en su rostro.

- La alarma no sonó, y me preparé tan rápido como si tuviera un cohete en el trasero. - Bromeo el castaño, terminando por reír ambos por aquel comentario.

Sammy le entregó su pedido a Gun, que extrañamente pidió esta vez waffles en vez de sus habituales huevos revueltos. Éste desayunaba mientras miraba sus redes sociales en su celular, estaba completamente aburrido. Dejó su teléfono a un lado y observo los anchos hombros de Jumpol, quien hablaba alegremente con Sammy.

Regalo ~ OffGun ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora