CAPÍTULO 3

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Cuando terminaron de comer, el Sr. Garzón fue a buscar su auto, que había aparcado en un estacionamiento cerca del hotel, mientras Daniela subió a la habitación para recoger su bolso. Antes de bajar, tocó la puerta de la habitación vecina; unos segundos después, Johann la abrió y la invitó a pasar, pero ella dijo.

- No Johann, sólo vine avisarte que voy acompañar al Sr. Garzón a su casa en Brooklyn. Debo evaluar si su hija puede participar en la investigación.

- ¿Quieres que vaya contigo?

- No hace falta, sé lo mucho que te gusta Manhattan, seguro querrás dar un paseo, así que tranquilo. Te avisaré cuando esté de regreso, ¿vale?

- Vale -respondió Johann, quien agregó-, que tengas suerte.

- Gracias -contestó Daniela, justo antes de entrar al ascensor.

Ella salió del hotel para esperar al Sr. Garzón, quien le había dicho que pasaría recogiéndola en su coche, color azul oscuro. A los pocos minutos ambos emprendieron su camino rumbo a Brooklyn.

Casi una hora después, una vez transitaron la congestionada Séptima Avenida y la calle 42 Peste, accedieron a FDR Drive, atravesaron el puente de Brooklyn y recorrieron varias avenidas, llegaron a su destino en la calle 13 de Park Slope, en Brooklyn donde el Sr. Garzón estacionó su auto.

Ambos se bajaron del coche. Daniela hizo una pausa antes de entrar a la casa para observarla, o mejor dicho, para admirarla. Se trataba de un antiguo y hermoso townhouse adosado de dos plantas más sótano, con un pequeño pero bien cuidado jardín en el frente, y una escalera ascendente que conducía a la puerta principal del primer piso. A simple vista, se notaban sus encantadores detalles de época originales, tales como molduras y mantos adornados. La mitad de la pared frontal del townhouse, donde se encontraba la puerta principal y una larga ventana en la planta superior, era plana, pero la otra mitad tenía forma de media luna, con tres esbeltas ventanas alineadas a la perfección, que ocupaban casi todo el alto total de cada una de las plantas. Después de detallarla durante un breve instante Daniela dijo.

-Siempre he sentido cierta fascinación por estas viviendas adosadas tan típicas de Brooklyn. ¿Sabe de qué época es su casa Sr. Garzón?

- Fue construida alrededor del año 1901. Yo la heredé de mis padres, de hecho viví aquí desde que nací hasta que Marta, María José y yo nos mudamos a París.

- ¿O sea, que María José también nació aquí?

- Así es, esta casa es parte de su herencia, tal como fue la mía cuando mis padres murieron; es la propiedad que le comenté, podría hipotecar para pagar los gastos de María José, en caso de que el seguro médico y mis ahorros no los cubran en su totalidad.

Mientras subían las escaleras, Daniela dijo.

- Es una hermosa casa en verdad, espero que no sea necesario hipotecar tan bella herencia.

- Yo también lo espero pero, en realidad, no me importaría tanto como el bienestar de mi hija; mí único deseo es que María José se recupere y vuelva a ser ella misma -dijo el Sr. Garzón, en el instante que abría la puerta principal y ambos entraban a la casa.

Tal como Daniela lo imaginó, el interior de la propiedad era tan hermoso como el exterior, aunque la decoración de la propiedad era moderna. 

El Sr. Garzón invitó a Daniela a sentarse en el sofá de la sala de estar mientras él subía a la habitación para buscar a María José.

Cuando Daniela se sentó, imaginó que el Sr. Garzón habría derribado todas las paredes originales, que con seguridad dividían esa planta, y lo había convertido en un loft, para que su hija no se sintiera aún más encerrada, de lo que ya estaba.

El Amor Va Por Dentro [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora