Prólogo

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"El mundo no es realmente tal como se nos presenta ante nuestros ojos. Todos y cada uno de nosotros guardamos una divinidad enlazada con un gran poder, pero este se ve suprimido no sólo por creencias individuales y colectivas impuestas o autoimpuestas, sino también por un oscuro control externo que es ejercido desde las tinieblas".

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Junto mis dedos, encerrándolos en un puño débil y tembloroso. Observo con detenimiento las manchas secas ya negras adheridas a los nudillos, mientras voy abriendo lentamente la mano, pasando el dedo pulgar por la yema de mis cuatro dedos, sintiéndolos inertes y fríos, como si fuesen ajenos a mí, como si esta fuera la primera vez que tocara mi piel y estuviese concibiendo la realidad; esta realidad que no es más que el reflejo de mi propia percepción.

Hace meses llevaba una vida tranquila y feliz. No existía ni existió nunca nada fuera de lo normal, o algo que pudiera catalogarse de extraordinario. Era bastante corriente, de hecho, tan corriente que me parecía rayar en lo molesto. Llegué a subestimarme tanto, que terminé justo donde me encuentro ahora. Y no es que ello determine una gran diferencia si comparamos el antes con el ahora. Yo andaba por el mundo con una venda bien ajustada en los ojos. Era completamente ciega e ignorante de todo aquello que me rodeaba.

En aquel entonces no habían trucos, magias o enigmas, tampoco se formulaban preguntas ilógicas que tenían como respuestas argumentos aún más ilógicos que la mismísima imaginación. Aquí el único error garrafal fue haberme dejado llevar por la maravilla de lo surreal, sin darme cuenta de que, al mismo tiempo que me decían la verdad sobre aquello que debía saber, yo estaba siendo cruelmente engañada.

Ahora que soy consciente de toda la mentira, me sumerjo en el recuerdo de aquella vida mía de antes y, por primera vez desde hace meses me doy cuenta de que no deseo nada de esto, ya no estoy segura de querer saber todo lo que sé. No me importa si el no saberlo me hace formar parte del Spero. Ya no quiero tener el conocimiento sobre la verdad absoluta ni nada de lo que implique tener que ver con ese mundo. No creo poder soportarlo. Si lo que soy es energía, pues entonces me desvaneceré como granos de arena dentro del océano hasta llegar a desaparecer para no seguir sintiendo más este dolor. Si lo único que puedo hacer para arrebatarme esto que siento es desaparecer, entonces rezaré porque así sea.

La tela de mi pantalón absorbe la sangre que se derrama sin cesar sobre ellos. Puedo ver también las gotas rojas cayendo en el blanco y pulido suelo, creando un bello contraste; el rojo arropando el blanco, implacablemente. Nunca había visto algo tan nítido y formidable.

Trato de mover nuevamente mis manos, pero están muy pesadas. Tampoco puedo sentir más mis dedos. Por más que intento moverlos no lo consigo. La visión que tengo del suelo blanco y el líquido carmesí se torna borrosa. Cierro los ojos, sumergiéndome en el mar de mis recuerdos.

Pienso en él y en sus ojos grises de tormenta que me observan fijamente. Son recónditos e impenetrables como siempre lo fueron. Me aferro a ellos, a su mirada, hasta que una nube negra de traición los envuelve completamente, dejándolos fuera de mi campo de consciencia.

Si no hubiera asistido aquella noche a ese concierto probablemente no estaría ahora a punto de morir. Simplemente él y yo no nos hubiéramos conocido nunca.

Muy en el fondo sé, que si tuviera la oportunidad de retroceder el tiempo no cambiaría nada. La venda en mis ojos comenzó a evaporarse aquella noche cuando lo conocí. Ese día a las 11:11 de la noche lo miré a los ojos, y él, a pesar de la muchedumbre en la que me encontraba logró verme también a mí.

Acaricio su tez blanca en mi mente, y con el último aliento de vida que me queda logro pronunciar su nombre: «Dantel».

"En todo momento sabías que por ti mismo no haces nada, mas el padre, a través de ti, puede lograr hacer cualquier cosa".

Jesucristo

*

NOTA DE LA AUTORA:

Espero que hayan disfrutado de este prólogo. Les prometo que esta historia será la primera parte de una Saga sin iguales.

Gracias por leer lo que se le ocurre a mi mente. No olviden seguirme por aquí, votar y comentar :D

Soy EE. Elena Emmolo. Los quiero.

SPERO - Piso1 Cuerpo ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora