5. Pases de cortesía

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Capítulo V

Pases de cortesía

Agrupo los mendrugos en un plato y recojo la mesa emigrando todo para el fregadero. Javier se ha metido a la ducha para alistarse, mientras Yenni me ayuda a enjuagar la vajilla.

La buena nueva de los pases de cortesía para asistir al concierto de Chupetas de veneno esta noche en ese club ha dejado histérica a Ana. Me cuenta que tenía meses tratando de conseguir un pase para ir, pero ya se le habían agotado los recursos y se había dado finalmente por vencida.

Aunque me alegra haberla contentado con la noticia, yo aún no termino de convencerme. He encontrado ese libro y tengo ganas de seguir leyéndolo con Amaranta sentada a mi lado.

Ok. Es oficial. Tengo una anciana de 91 años metida en mi cuerpo.

En la habitación, ayudo a Yenni a emperifollar su melena con una trenza al descuido. Pongo todo mi empeño para lograr hacerlo lo más parecido a la foto que me ha mostrado en una App de peinados. Voy al lavamanos para quitarme el gel restante de las manos.

— ¿Qué es esto que lees? —Yenni ha abierto la gaveta de la mesita de noche para coger un paquete de ganchos—. Cungor. ¿Y qué hay con eso de "ca-na-li-za-do" por alguien más?

Me asomo por la puerta del baño encogiéndome de hombros, con cara de "Ni idea".

—Creo que sé a lo que se refiere. He escuchado sobre esta clase de libros cuando dicen "canalizado por". Se refiere a que esta persona que escribe es una clase de psíquico que se conecta con los muertos y estos hablan a través de ellos. Entonces pueden escribir lo que el muerto les ha informado. O sea, que este tal Cungor no es alguien real, sino que es una clase de espíritu —me observa con gesto de pavor.

—De dónde sacas tú tantas huevadas —me carcajeo.

—"No eres tu cuerpo, invoca el espíritu". No entiendo qué le ves a los contenidos esotéricos. Se me ponen los pelos de punta.

—No los de la cabeza que aún no termino —le arrebato los ganchos de la mano. La otra la tiene ocupada sosteniendo el libro.

Despierta. Tendrás el poder de abandonar tu cuerpo y de trascender a sitios inimaginables. Tu verdadero ser te llama ahora —Yenni se mofa, leyendo con voz sobreactuada el libro que ha abierto por la mitad. Le inserto varios ganchos en la cabeza—. Estas cosas paranormales me asustan —lo cierra arrojándolo a la cama—. No deberías leer eso. ¿Debo preocuparme por ti? Por qué mejor no te conseguimos un bello novio, de esos que mantienen tus pies en el suelo y en la tierra. Aquí. En el ahora.

Aprieto una mueca sellando el peinado con laca en aerosol.

— ¡Voila! —me echo para atrás para apreciar mi obra de arte.

—Nella querida, me encanta. Quedó idéntico al de la foto —dice invicta viéndose al espejo—. Mucho mejor que ir a esas pesadas peluquerías.

Cojo el libro devolviéndolo a la gaveta, cavilando sobre lo que me ha dicho con respecto al autor y lo que recién ha leído.

—Deberías empezar a arreglarte, Depablos. Faltan diez para las nueve —me increpa abriendo su maletica de cosméticos que se asemeja más a una maleta de mano, de esas que te dejan subir al avión contigo. Está examinando en el teléfono una foto que ha sacado ahora de una App de maquillajes.

Volteo los ojos tomándole la palabra. Me dirijo al cuarto del closet arrastrando los pies. Abro una de las puertas sin tener la más remota idea de qué ponerme. No sé qué usa la gente hoy en día para asistir a un concierto.

SPERO - Piso1 Cuerpo ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora