🎶-[Día 1: Abrazo]-🎶

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Día de escuela, irritante ¿verdad? Bueno, al menos era viernes, así que no había que estar tan molestos por eso. Los viernes siempre son un día que se pasa rápido, sin preocupaciones y cuando menos te lo esperas, ¡PUM! Ya estás recostado en tu habitación, procrastinando tareas o cualquier otra cosa, no se. El caso es que un joven de hebras rubias y ojos ámbar deseaba con todo su ser llegar a hacer eso en su casa, todo gracias a su "ruidoso y molesto" profesor de artes. Por alguna razón, sentía que ese hombre de casi dos metros la traía en contra de él. Siempre lo hacía participar aunque no quisiera, en trabajos de dibujos estaba todo el tiempo desconcentrándolo a propósito, era como si en verdad disfrutara de hacerle la vida un infierno, y ese viernes no era para nada la excepción. Era día de dibujo, los alumnos tenían que dibujar a una persona cualquiera de todo el salón, a detalle y sin que nadie descubra quien es, después de todo según las palabras del profesor: "que sea sorpresa en una manera más extravagante que solo pedirle a alguien que pose". Para el rubio, eso era una estupidez, pero si el profesor lo quería no estaba dispuesto a negarse a sus ordenes. Y como extra, el albino mencionó que también se uniría a la actividad de dibujar a alguien. Todas las chicas del salón se emocionaron y rogaron a todos los santos que fueran ellas a quienes dibujara, haciendo que el rubio se irritara bastante. Teniendo en mente lo soberbio y egocéntrico que es su profesor, el menor se hacia la idea de que se dibujaría a sí mismo, después de todo, nunca dijo nada sobre no poder hacerlo. Aunque... Razonando bien, si el profesor va a estar ocupado dibujando a alguien, seria una perfecta oportunidad para dibujarlo a él. Con la idea en mente, el rubio se puso manos a la obra.

Unos minutos antes de que terminara la clase, el profesor dio por concluido el tiempo de dibujo, pues ya era hora de revelar a quienes habían dibujado. Sabiendo que iban a elegirlo de primero, el rubio se adelanto y por si mismo alzó su mano sorprendiendo a su profesor por tan voluntaria acción. Paso adelante con su libreta, y sin pena alguna, mostró el dibujo que había hecho de su profesor. Bien detallado, y aunque no se veía profesional, no se había olvidado de nada. Con una sonrisa ladina, el profesor tomó ese dibujo como una maravillosa oportunidad para tocar un nervio del rubio y sacarlo de sus casillas.


"OH MI DIOS AGATSUMA! Tanto dices que me odias, y vienes y me dibujas. Creo que todo ese odio es una máscara para cubrir lo mucho que me adoras~"


Pestañó inocentemente, logrando su propósito, pues el rubio ya había puesto una expresión de molestia mas que notable. El joven Agatsuma regresó a su asiento de malhumor, y así el resto de la clase pasó en frente para mostrar sus dibujos. La mayoría de las chicas habían dibujado al profesor, por supuesto, ahora tenía el sentido el porque se acomodaba tanto el cabello mientras dibujaba. Cuando finalmente todos terminaron sus dibujos, era turno del profesor de develar su misteriosa obra de arte que tenía alteradas a todas las chicas. El albino se levantó de su asiento con su hoja de papel, y lentamente la volteó. El único desinteresado era el Agatsuma menor, pero todo eso cambió cuando vio el dibujo. Así es, el dibujado fue el. El detalle de su cabello lleno de pequeñas flores que el albino había agregado, más la delicadeza y tranquilidad que transmitían la mirada del dibujo, y sumándole los maravillosos trazos que remarcaban hasta la mas mínima imperfección que tenía en su rostro habían sorprendido al de hebras doradas. Las mejillas de este mismo se habían puesto rojas, parecía que ardían en fuego. Nuevamente, el albino tomó esa oportunidad como una para molestarlo.


"Oye Agatsuma, ¿te encuentras bien? De tan rojo que estas parece que podría hacerme el desayuno con tu cabeza. ¿Qué tal un par de huevos cocidos? Suena bien, ¿no crees?"

"30 Días OTP (+18)" || UzuZenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora