"30 Días OTP (+18)" || UzuZen

🌺-[Día 2: Beso]-🌺

Sábado, día de descanso, eso diría si no fuera porque en la casa Agatsuma era día de limpieza, y adivinen a quien le dejan todo el trabajo? Así es, al pobre de Zenitsu. El abuelo Jigoro salió a hacer una reunión de negocios, confiando en que sus dos nietos limpiarían su querido hogar como debían de hacer, pero cierto adolescente hormonal pelinegro aprovecho este momento para salir a hacer lo que se le pegara la gana, dejándole todo el trabajo al pobre de Zenitsu. Aunque eso lo puso de malhumor, había que admitir que el de orbes ámbar tenía buen material para ser ama de casa. Fue tardado, si, pero con mucha dedicación limpió todo su hogar, haciéndolo quedar impecable... Bueno, no lo limpió todo, dejó el ático, el sótano y la habitación de Kaigaku para que este mismo lo limpiara cuando llegara.

Una vez estuvo libre se hizo algo de comer. Ni el abuelo, ni Kaigaku habían llegado todavía. El abuelo era entendible la razón del porqué, ¿pero y Kaigaku? Zenitsu se preguntaba en que líos se estaría metiendo, pero meh, había que concentrarse más en la comida que en su hermano mayor. Terminó de comer, y decidió salir, no sin antes dejar una nota en el comedor para Kaigaku que decía lo siguiente: "Si no limpias el sótano, el ático y tu habitación le diré al abuelo que me dejaste todo el trabajo mientras te ibas de parranda con tus amigotes estúpido de mierda. Con amor - Zenitsu <3" Tan amoroso... No estaba seguro a qué saldría, capaz y hasta se encontraba con su hermano mayor cometiendo vandalismo con su pandilla de amigos durante su caminata. Como iba distraído al caminar, terminó tropezándose con alguien. Por suerte ese alguien lo atrapó antes de que cayera al suelo. Con una sonrisa incomoda, el rubio habló sin percatarse quien era la persona con la que chocó.

"¡Disculpe! No estaba viendo por donde caminab-"

"¿Rayito? ¡Hey hola, no me esperaba encontrarte!"

Zenitsu se sorprendió ante lo familiar que era la voz que le dirigió la palabra, y cuando finalmente se dio cuenta, una sonrisa apareció en sus labios al igual que un pequeño tono carmesí coloreando sus mejillas. Se incorporó, y abrazó a su contrario con alegría como si nunca antes lo hubiera visto.

"¡Tengen, que alegría encontrarme contigo!"

"¿Qué tal, Rayito? ¿Qué esta haciendo alguien como tu por aquí?"

"¿Acaso no puedo salir a divertirme?"

"Pues, el rumbo de tu caminar me dice que no sabes a que saliste de tu casa, ¿o me equivoco?"

"Bueno... Si, en eso tienes razón. Salí sin destino alguno"

"Entonces, ¿quieres seguir con tu camino sin destino alguno, conmigo?"

"¿Uh? ¡Por supuesto!"

Y asi, comenzaron su caminata. Al principio era tranquila, una que otra risa mientras charlaban, bromas subidas de tono de parte de Uzui para molestar a su novio, nada fuera de lo común. La adrenalina llegó alrededor de las 6 de la tarde, despues de un largo rato de estar caminando, charlando y riendo sin parar. Estaban sentados en las mesas de afuera de un café, Zenitsu tomando una malteada de fresa, y Uzui una taza de café descafeinado. El silencio que estaba presente entre ellos dos era jodidamente incómodo. Este mismo había llegado a ellos ya que aparentemente y de la nada se quedaron sin tema de conversación. Parecía que ya se habían aburrido, hasta que el albino se aclaró la garganta.