👨👥Jimin, Jimin👥👩

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🚫AVISO🚫

-YOONMIN+JIMIN MUJER-

(YOONGI:👨)

(JIMIN:👨)

(JIMIN:👩)

(JIMIN:👩)

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-¡Estarás de broma!

-Gracias, Tae. Me alegro de que te parezca bien.

-Pero, Jimin... ¿Un viaje organizado para la tercera edad cuando podrías ir a donde quisieras? Imagínate, las Bahamas... Cuba... Copacabana. -Estas últimas cinco sílabas fueron un ronroneo, y supe que estaba visualizando hombres sexis en bañador.

Yo me saqué el as de la manga.

-Mi abuelo se enamoró de Canadá cuando estuvo trabajando allí hace tres años, y ahora me ha dejado algo de dinero, así que puedo ir a ver el país con mis propios ojos.

(👥👤👥)

El crucero de carretera de lujo, o sea, el autobús, nos había dejado en el hotel de Quebec bastante tarde la noche anterior. El viaje del día siguiente incluía luchas de poder y pasión con el ajetreo urbano moderno. Los vibrantes murales e impresionantes edificios eran magníficos, pero yo necesitaba estirar las piernas y le dije a Jin que me apetecía dar un paseo por el barrio de los artistas. Él y su marido, Nam, se habían hecho amigos míos.

-Pues si no te vemos antes, te guardamos sitio en el barco -me dijo.

El crucero por el río a las dos y media era parte del paquete, y había tiempo para un paseo antes de ir a comer. Yo me entretuve viendo cuadros y fotografías apelotonadas en un puesto detrás de otro, indeciso entre una acuarela de arces en otoño y un boceto a carboncillo de una arcada antigua. Hasta que una marquesina amarilla en una callejuela me atrajo hacia un restaurante en una zona más tranquila, donde el menú que exhibían a la entrada era pura pornografía gastronómica. Y entonces apareció él. Bajo su impecable delantal blanco llevaba una camiseta negra y unos pantalones ajustados negros también. Yo seguí su apetitoso culo a través de las puertas que llevaban a un resguardado patio. Me dio una mesa bajo un frondoso árbol y mientras me tomaba un vino le seguía con la mirada al tiempo que él serpenteaba entre las mesas. De vez en cuando se volvía hacia mí con una sonrisa en sus bonitos labios. Una o dos veces pasó a mi lado rozándome, y el breve contacto excitó todas mis terminaciones nerviosas. En ese momento el amor de mi vida era un postre, pero mi imaginación ya daba forma a ardientes desiertos mientras me comía una ensalada preparada en el cielo.

Cuando don Fantástico me trajo el café, se detuvo un momento.

-Perdone, señor. ¿Está usted de vacaciones?

-Sí, en un viaje organizado. Nos quedamos aquí otras dos noches.

Él me dejó una tarjeta de visita junto a mi taza.

Satisfáceme (BTS +21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora