Satisfáceme (BTS +21)

📖Best Seller📖

-Es insaciable. ¡Es increíble! -Jungkook se llevó la cerveza a los labios para dar un largo trago-. Ah, qué sed tenía. -Aplastó la lata con la mano y la dejó sobre la barra antes de volverse hacia su amigo-: El sexo da mucha sed -sonrió.

Jimin se lo quedó mirando, mudo por un momento.

-¿Y te estás quejando? ¡Venga ya, Jungkook! Hay que estar loco para quejarse de tener mucho sexo. Estás viviendo una fantasía.

-No es que me queje. Yo sólo te lo cuento.

-Bueno, ¿y en qué anda trabajando ahora Taehyung? ¿Otra obra de arte literaria de Kim Seokjin? -preguntó Jimin con una risita.

-Eso dice. Es la única razón de que se me eche encima cada vez que entro por la puerta.

Jungkook recordó las cuatro últimas semanas con una sonrisa de satisfacción. Desde que Taehyung había pasado de escribir cuentos a dedicarse a su primera novela, no hacía más que encontrar dificultades con las escenas de sexo. A veces escribiendo imposibilidades anatómicas. Y desde que el mismo Jungkook se lo hizo notar, él insistía en representar todas las escenas.

Desde aquella primera noche en que se lo encontró al llegar del trabajo apoyado contra la mesa del comedor, ataviado únicamente con un liguero de encaje y medias rosas, la cosa no había hecho sino escalar. Jungkook no necesitó más insinuaciones cuando Taehyung le presentó su culito redondo mientras retozaban en el sofá. Pensó que estallaría antes de tener ocasión de tocarlo. Y ahora, guiñándole el ojo a su viejo amigo.

-Tengo que irme, Jimin. Mi hombre me espera.

Y se marchó entre los comentarios envidiosos de su compañero.

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Taehyung se daba golpecitos en la punta de la reluciente bota negra, mordiéndose el labio. Pero ¿dónde se había metido ese hombre? ¿Es que no le gustaba recibir tanta atención? La mayoría de los hombres darían cualquier cosa por lo que él le ofrecía a Jungkook todas las noches. Y además, acababa determinar una escena verdaderamente ardiente, con los dedos volando sobre el teclado mientras la parte inferior de su cuerpo se removía y se agitaba. Anteriormente, incapaz de aguantarse más, con la escena cobrando vida al visualizar los largos y bronceados dedos del protagonista acariciando los muslos de su pareja, el pecho musculoso aplastando el pecho contrario, los labios húmedos buscándose entre ellos... Taehyung había apartado la silla para echar a correr por el pasillo.

Y no encontró a Jungkook tirado delante de la tele, como esperaba. Estuvo echando humo unos momentos, hasta que consiguió no sabía cómo volver al ordenador para terminar de escribir la escena a pesar del calentón. Pero si Jungkook no aparecía pronto, iba a estallar.

Masturbarse no era un problema, por supuesto. A menudo se encerraba en el baño y alcanzaba por su propia mano un rápido clímax.

Sólo de pensarlo sentía un hormigueo. Bebió un sorbo de Chardonnay.

«Qué demonios, voy ahora mismo a hacerme una paja»

En ese momento se oyó el portazo de un coche y Taehyung corrió a la ventana, derramándose el vino en la mano. Succionó la gota que le corría por la muñeca.

-Ya era hora -masculló, dejando el vaso en el repecho. ¿Pero es que ese hombre no sabía que estaba ardiendo?

(📖📚📖)

Jungkook no quería parecer demasiado ansioso. Pero a pesar de todo la puerta se abrió con tal ímpetu que rebotó en el tope. Por lo visto no era el único ansioso por echar un buen polvo.