📳Teléfono en el tren📳

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(ship a imaginación)

Vas en el tren para reunirte conmigo en mi hotel. El tren va lleno y me envías un mensaje diciéndome las muchas ganas que tienes de que nos exploremos el uno al otro cuando llegues al final de tu viaje. Yo te contesto sugiriendo que podemos empezar antes de que llegues.

Te pregunto qué llevas puesto, y tú, con el emoticono de una sonrisa, me dices que llevas mi traje gris favorito, con las bragas de encaje, el corsé que se abrocha por delante y ligas, pero que estás rodeado de gente y no puedes hablar libremente al teléfono. Yo te pido que te pongas los audífonos y esperes mi llamada.

Espero dos minutos, sabiendo que estarías esperando con el dedo cerca de la pantalla. Tu teléfono está en vibrador, de manera que en cuanto notas mi llamada entrante, contestas de inmediato sin decir nada, esperando que yo hable. Así nadie puede saber en el tren que estás al teléfono.

Te pido que no digas nada, que te limites a escuchar, y te cuento lo que haría si estuviéramos solos en ese vagón.

Te pediría que te levantaras de frente a la ventana, con las manos muy separadas, pegadas al cristal por encima de la cabeza... Las piernas bien abiertas para mantener el equilibrio entre los baches y bamboleos de un tren a cien por hora. Yo me pondría a tu espalda... besaría ese punto de tu nuca que tanto te gusta y te desabrocharía el saco. Tú echarías atrás la cabeza mientras te besaba el cuello... mi cuerpo pegado al tuyo por la espalda. Te desabrocharía el último botón. Tú solo llevarías el corsé bajo el saco, y yo te acariciaría los pezones que asoman por encima, notándolos cada vez más duros. Tú te apretarías contra mí para mantener el equilibrio... y al echar atrás la cadera contra mi entrepierna advertirías lo duro que estoy.

Estás ahí sentado en el tren, rodeado de desconocidos mientras te describo cómo te desabrocharía el corsé... cómo lo apartaría de tu cintura para sustituirlo por mis manos... cómo pellizcaría tus pezones duros entre mis dedos. Entonces de pronto el tren coge un bache y te empujo contra la ventana, las puntas de tus erectos pezones contra la superficie fría del cristal y mis dedos calientes apretando tu cintura, trazando con ellos círculos.

Te cuento entonces que me pondría de rodillas a tu espalda. Tienes las piernas muy abiertas y el apretado pantalón del traje modela deliciosamente tus piernas torneadas. Tu cuerpo oscila con el movimiento del tren y tus pezones se deslizan por el cristal de la ventana. Pongo las manos delante de tu pantalón para desabrocharlos, luego a los lados para bajártelos, dejando al descubierto primero el tanga blanco de encaje, la tirilla perdida entre tus nalgas y la tela tersa sobre tu entrepierna, la parte superior de las ligas y por fin, la tersa piel de tus muslos. Paso las manos por tus nalgas, acariciándolas, estrujándolas, abriéndolas. Presiono con más fuerza, notando tu calor y tu humedad, tirando la tela desde atrás, de manera que el tanga es como una prisión presionándote el pene. Te lo separo de las nalgas y aprovecho la elasticidad de la tela para frotártelo adelante y atrás contra tu húmedo pene. Tú te presionas contra mí, todavía con el pecho en el cristal. Trazo con el dedo la línea que marca hacia tu ano y tú sueltas un suave gemido. Tu pene se deja ver fuera del tanga un poco, y la punta cubierta de humedad empieza a relucir bajo las luces del vagón.

Te cuento que desgarraría el tanga de un tirón, dejándote desnudo de la cintura para abajo, excepto por las medias y los zapatos. Me inclinaría para soplar sobre tu ano y empezaría a chuparte. Te abriría las nalgas para poder meter más la cara y te lamería y succionaría los testículos, y luego culebreando la lengua dentro de tu ano... explorándote. Luego, te digo, me sentaría en el suelo enfrente de ti, mientras sigues parado con el pecho contra la ventana de cristal, tu pene delante de mi cara, hinchado y húmedo. Atraería tus caderas hacia mí y empezaría a chuparte. Tú empezarías a mover tus caderas, hundiendo el pene en mi boca mientras mis manos te toquetean por detrás, una mano sopesando tus testículos y la otra, deslizando dos dedos fácilmente por tu ano empapado mientras el tren se va deteniendo.

Satisfáceme (BTS +21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora