Capítulo 8

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-A veces me cuestiono tu determinación-

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La última hora de la mañana, destacó por la desesperación que Rhaast comenzaba a provocar en Kayn. Gritar y callar la molesta voz en su cabeza era una idea realmente tentadora para el joven.

-Maldita sea Kayn, ¡Déjame salir!-

"Cállate, no tienes permitido hacer nada, ahora déjate de estupideces, no estoy de humor para ti"

La clase pronto terminaría y su sufrimiento acabaría temporalmente o talvez solo empeoraría, nunca se estaba del todo seguro con Rhaast.

Había comenzado a mover los pies debajo de mesa, producto de la ansiedad que inundaba sus nervios, usando una de sus manos para rascar la piel en su brazo derecho, sin darse cuenta que la zona estaba lo suficientemente irritada como para sangrar con solo unos toques más.

-KAYN, KAYN-

Ese tono... Odiaba cuando Rhaast pronunciaba su nombre, odiaba escucharlo todos los días, odiaba tener que sacar excusas por culpa de este y estar metido constantemente en problemas que ni siquiera recuerda en la mayoría de ocasiones, pero ahí estaba y para su pesar, no tenía manera de deshacerse de él.

— Rhaast... Silencio.

Susurro lo más bajo que pudo, esperando que él otro hiciera caso a su pedido, cosa que por supuesto no funcionó.

-SHIEDA, JAJAJA, SHIEDA KAYN-

Sin decir palabra alguna, Kayn agarro sus pertenencias y se marchó, aún si faltaban solo 10 minutos de clase, no aguantaba un segundo más con Rhaast mientras estaba rodeado de tanta gente.

— JODER, TE DIJE QUE TE CALLARAS.

Grito sin modular su voz, escondiéndose detrás de un árbol, alejado de cualquier persona que pudiera verlo en ese estado.

— Te dije que te detuvieras, Rhaast.

-¿Porque lo haría?, Una persona como tú no es más que una simple marioneta para mí, un recipiente que ha sido roto-

— Deja de balbucear cosas sin sentido, eres una molestia.

-Kayn, estás roto, nadie ve valor en ti, careces de propósito alguno, solo un estorbo más en la vida de todos.-

Las palabras dolían más que las acciones, Kayn comprobaba eso todos los días, pero al igual que en las otras ocasiones, no encontraba manera de refutarlas, solo podía permanecer en silencio, notando como un creciente dolor se apoderaba de su pecho.

-Un niño indeseado, solo encuentran calor en tu carné-

— Detente... Te prohíbo mencionar ese tema.

La manera en la que sus palabras afectaban a Kayn, Rhaast disfrutaba plenamente de ese sufrimiento, no había nada mejor que debilitar a su otra mitad y con suerte hacer que este cediera a sus órdenes.

Kayn tapó sus oídos con sus manos, buscando que eso le ayudará a detener los sonidos histéricos que realizaba Rhaast en forma de burla, inhaló profundo, manteniendo el oxígeno en sus pulmones durante algunos segundos antes de finalmente soltarlo en una fuerte exhalación.

1...2...3...4...5...

Comenzó a contar mientras regulaba su respiración, lo último que quería era un ataque de nervios es ese lugar, especialmente porque odiaba la sensación de estarse hundiendo sin poder respirar adecuadamente.

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Reinicio (Kayn x Zed)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora