Capítulo 14

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- Tus habilidades no han mejorado...-

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El campo era todo lo que conocía hasta ese momento, pero era muy feliz en el, especialmente cuando su padre lo llevaba a dar vueltas alrededor de todo el lugar, alimentando y checando el bienestar de los animales. Fueron buenos años, recuerdos espléndidos llenos de sonrisas y alegría, recuerdos que tristemente se habían perdido junto a esa época animada.

Su padre murió muy pronto, demasiado para la corta edad que él poseía en ese momento. ¿Qué es morir? Recuerda haberle preguntado a su madre mientras está lo miraba con los ojos hinchados y lágrimas aún colgando de sus pestañas. Ella no respondió nada, solo guardo silencio durante un largo tiempo hasta que él simplemente se aburrió de esperar una respuesta.

No volvió a ver a su padre, en su lugar, un hombre desconocido apareció pasados algunos meses. A Kayn no le caía bien, siempre sintió que transmitía un aura... Aterradora. Daba miedo.

El tiempo parecía pasar demasiado rápido en un inicio. Ahora no le preguntaba nada a su madre, pues está o no respondía sus inquietudes o simplemente le gritaba cosas sin sentido, cosas que él no terminaba de comprender, pero que sabía eran malas y su madre las decía solo porque se sentía mal. Ella nunca quiso herirlo.

A pesar de todo lo que ocurría, el seguía brillando, sonriéndole al mundo, esperando a ser solo un poco más grande para demostrar de lo que era capaz.
Cuando cumplió 6, las cosas cambiaron, aquel hombre desconocido comenzó a actuar de una forma más odiosa, haciendo que Kayn lo odiara cada vez más y que en diferentes oportunidades se sintiera jodidamente impotente por el simple hecho de no poder defender a su madre cuando era "castigada".
Un día simplemente no pudo aguantar más, la ira y la violencia se apoderaron de él e intento golpear al hombre y aunque esté no le hizo nada a su madre, en su lugar le dirigió una sonrisa que le revolvió el estómago. Una sonrisa que vería repetidamente a partir de ese día.

Su madre le enseño un truco, le dijo que si lo hacía dolería menos, que todo pasaría más rápido y él no tendría que sufrir tanto tiempo, solo debería contar hasta 5 y respirar profundamente hasta que todo pasara. Mentía.

Kayn quería que se detuviera, en repetidas ocasiones le suplico a su madre, le suplico a aquel hombre, le suplico al cielo... Le suplico a la nada, esperando a obtener algún tipo de respuesta, pero parecía que sus palabras eran tragadas por la tierra. Y finalmente se rindió cuando su madre lo amenazo. Debía ayudar a su madre, debía ser un buen hijo y acceder a las peticiones de aquel demonio que lentamente consumía toda su felicidad, su inocencia... Su vida.

Ya no le gustaba jugar, ya no le gustaba ir al campo, ya no le gustaba hablar con otros, solo quería estar él, él y nadie más. Las noches eran un infierno, a veces incluso los días eran una tortura y cuando llegó a cierto punto, simplemente no aguanto más.

Una de esas noches donde aquellos que supuestamente debían velar por su seguridad, tocaron su línea límite, fragmentaron su mente he hicieron que todo se volviera oscuro para él.
No sabe que pasó esa noche, no recuerda ni siquiera lo ocurrido en días posteriores, cuando su conciencia regreso, estaba en un lugar diferente, uno que nunca había visto. Su brazo izquierdo estaba vendado, cubriendo las quemaduras de tercer grado que se posaban sobre su tierna piel. Kayn sentía un horrible dolor en el rostro, uno que aunque era malo, era mucho más ligero que el de aquellas frías noches. El niño solo podía sentir como su corazón estaba lleno de miedo.

- Cálmate, este lugar es seguro.-

Una voz profunda resonó en su cabeza.

— ¿Q-Quién?

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⏰ Última actualización: Mar 29, 2023 ⏰

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Reinicio (Kayn x Zed)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora