05

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Una vez Dazai había pagado el vino, se lo entregó a Chuuya quien lo miró asombrado. Siguieron su camino hasta llegar otra vez a aquel vacío y lindo parque.

Llegaron a casa de Dazai y este se tiró al sofá cansado.

— Chuuyaaaaa, abre el vino y dame un poco quieres. —

El pelirrojo afirmó que lo haría con un movimiento de cabeza norte a sur. Se dirigió a la cocina y con un abrecorchos abrió aquel exquisito líquido.

— Ojalá el vino fuera vital como el agua~ — decía encantado Chuuya.

Sirvió el vino en dos copas y las llevó al salón.

— Listo. —

Ofreció una copa de vino a Dazai, quien se puso recto para beberla cómodamente. Chuuya se sentó en el mismo sofá y comenzó a beber.

— Cuentame historias que no recuerde, Osamu. —

— ¿Mmh? Vale.. una vez imitaste una chica y me dijiste "¡Esto no acaba aquí!" — Dazai se puso a reírse se forma burlona mientras que Chuuya moría de vergüenza, ¿de verdad hizo eso?

— Otra otra — dijo Dazai acabando su risa. — Cuando nos conocimos, hicimos una apuesta en unos videojuegos, quien perdiera seria el perro del otro y- — Dazai tuvo que cortar la frase para soltar una corta pero fuerte risa. — adivina quién perdió. —

Chuuya ya se hacia una idea y se negaba a responder, girando su vista a otro lado. Dazai se rió mucho más al ver la reacción del más pequeño.

Y así pasaron su tiempo; bebiendo y contando anécdotas de ellos hasta que Chuuya cayó dormido.

Dazai cargó a Chuuya llevándolo a la habitación, donde le dejó durmiendo. Miró fijamente a Chuuya y depositó un suave beso en la frente del contrario. Seguido se fue a seguir bebiendo un rato más.

Era por la mañana, el día estaba soleado y una leve brisa acariciaba Yokohama.

Chuuya despertó de su sueño reparador, se puso de pie y fue al baño a lavarse la cara. Se dirigió a la cocina a prepararse algo para desayunar, pero en la encimera había un invitado no deseado. Una araña.

Chuuya se fue de la cocina corriendo con una cara de pocos amigos. Encontró a Dazai leyendo en el sofá y aprovechó.

— Osamu. —

— ¿Sí? — respondió de buen humor Dazai.

Chuuya suspiró y habló — Prometeme que no te reirás... —

En lo que Chuuya había dicho eso la araña había llegado al salón, el pelirrojo al darse cuenta apresuró sus palabras.

— ¿PUEDES OLVIDAR POR UN MOMENTO QUE SOY UN EJECUTIVO DE LA MAFIA? —

— ¿Qué? Chuuya qué dices. —

— ¡JÚRALO! —

— Bien bien, lo juro. — dijo Dazai aún sin saber que pasaba.

La araña alcanzó el pie del pelirrojo, quien se sobresaltó y corrió para saltar en los brazos de Dazai.

— ¡¡MATA A ESA MIERDA!! —

Dazai miró al suelo para ver aquella pequeña arañita. No pudo aguantarse la risa, haciendo que Chuuya se pusiera rojo, avergonzado por el acto, pero aún enfadado y asustado gritó.

— ¡¡MATALA YA!! ¡Se está moviendo! — Chuuya se removía en los brazos de Dazai como un niño pequeño viendo un fantasma.

De todas las cosas que existen, ¿un mafioso le tiene miedo a una araña?

Sin tomar más tiempo Dazai mató al pequeño arácnido dando un pisotón en el suelo. Chuuya se bajó de los brazos del castaño, carraspeando su garganta y diciendo.

— No viste nada. —

— Ya quisieras~ ¿El ejecutivo de la mafia tiene miedo a las arañas? Ya sé con qué molestarte~~ —

Chuuya estalló en ira y se acercó a Dazai para golpear su cabeza.

— TE VOY A MATAR CABALLA. —

— ¡Chuuya si me matas no podré salvarte de las horribles arañas! — dijo dramatizando la situación.

Chuuya gruñó y saltó encima de Dazai para iniciar una pelea física. En ese momento el teléfono de Dazai sonó y pudo librarse del pelirrojo para atender la llamada.

— Tsk. — se quejaba Chuuya mientras dejaba ir al castaño.

— ¡¡Heyooo!! ¿Chuuya recordó algo ya? — dijo Ranpo con su alegre tono de siempre.

— Ah, sí lo hizo, recordó su pasado en Las Ovejas y nuestra primera misión juntos pero mi cara en sus recuerdos está borrosa. —

— Mmh... eso es raro, ¡debería poder recordarte como a todos los demás! —

— Seguramente no tuve tanta influencia en aquél lugar. — dijo Dazai dando por hecho que no pasaba nada grave.

— Qué dices. Tu cambiaste su destino y vida. Claro que tienes mucha influencia allí, más de la que crees. Mmh... ¡ya sé! Haz algo que solo tú le hayas hecho a Chuuya. —

— ¿Sólo yo? — dijo pensativo. — No se me ocurre nada. —

— No se te tiene que ocurrir ahora. De todas maneras aunque no le recuerdes tú sus memorias volverá a recordar a los largo de los 2 años siguientes. —

— Ya... intentaré hacerle recordar, adiós. —

— ¡Au revoir!~~ — las despedidas de Ranpo cada vez eran más infantiles que las anteriores.

Dazai pensó en algún lugar o cosa que hubieran hecho ellos dos juntos. Su estómago gruñó y ahí saltó una bombilla iluminando su cabeza.

— Bingo... — dijo Dazai hablando consigo mismo.

¿Cómo no se le había ocurrido antes? Ese restaurante donde iba con Chuuya después de las misiones llamado "Uoyu".

— Chuuyaaaa~~ No prepares nada, iremos a un sitio. —

Chuuya se asomó desde la cocina. — ¿Eh? Está bien mientras pueda comer algo. Iré a cambiarme. —

— Perfecto. — Dazai se fue a la habitación, también a prepararse para salir al restaurante.

Recuerdame, ChuuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora