8.5

5.6K 655 83
                                    

Chuuya despertó adolorido. Vendas cubrían su frente y otras se encontraban atadas en su abdomen. Recordó lo que Dazai había hecho el día anterior y enfadado comenzó a recordar todas las cosas que le hizo. Lo odiaba.

— Chuuya~~ — entró Dazai alegre por la puerta. — ¿Cómo te sientes? —

— ¿Desde cuándo te importa como me siento? —

Dazai sabía a qué venía eso y dejó su respuesta en un silencio lleno de tensión.

— Solo me has usado, me manipulaste para entrar a la mafia. Me usaste para ser tu perro guardián, ¡fui tu puta marioneta! ¡NO TE IMPORTÓ CÓMO ME SENTÍA O QUÉ TAN MAL ESTABA! Y encima me abandonas allí. Ja... Eres un ser despreciable. Aunque no pueda recordar tu rostro cuando me hiciste eso. Seguro que fue uno frío y macabro como el de ayer. —

Dazai suspiró. — Chuuya, sé que te hice daño. Pero ahora soy mejor persona. Odasaku me guió hacia el buen camino y no quiero hacerte sufrir más. Soy consiente de todos los errores que cometí en un pasado y no te pido que me perdones. Sólo entiende que lo que hice ayer fue por tu bien. Sólo entiende que me entrenaron de aquella manera, violencia y sangre. —

— No justifiques lo que has hecho con el maltrato que recibiste. —

— No lo justifico. Pero el pasado es importante en la manera de ser actual. Tenlo en cuenta —

— Tsk. No puedes venír a decirme que eres una mejor persona. De nada me sirve que me lo digas, así que demuestralo de una vez joder. —

— Lo haré Chuuya. — dijo sonriendo Dazai, agradecido por la oportunidad que Chuuya le había dado. — Bueno, tienes que ponerte el uniforme. Te llevaré a ver a tus compañeros de trabajo para que establezcas amistad y los vayas recordando. —

— ¿No será otra trampa? —

— Confía Chuuya~ —

Chuuya miró a Dazai arqueando una ceja y, después de un suspiro cansado, se dirigió a ducharse y prepararse.

— ¡No tardes tanto, Chuuya! ¡Salimos a las 12:00! —

— ¡¿HAH!? PERO SON LAS 11:23 MALDITA CABALLA ASQUEROSA OJALÁ TE PUDRAS EN EL INFIERNO. — Chuuya dio un portazo.

Dazai se quedó con una cara impresionada, tal vez Chuuya se había desahogado mucho insultándole. Ignoró aquella escena y se fue a la puerta esperando al pelirrojo.

Después de media hora Chuuya salió de la habitación vestido de manera elegante pero casual. Él simplemente era perfecto.

Recuerdame, ChuuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora