Capitulo 43

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Lena le envía un mensaje de texto a Kara, casi escribe que "tenemos que hablar" antes de darse cuenta de cómo se lee, y le pregunta si puede ir. La idea de tener que hacer esto en su propio territorio debería haberle dado más confianza, pero Kara en su casa siempre la inquieta un poco y se siente mejor hacer esto en algún lugar del que pueda darse la vuelta y alejarse.

Su determinación flaquea un poco cuando Kara abre la puerta con una sonrisa brillante y una mirada feliz en sus ojos, empujando a Lena adentro y besándola rápidamente. Se clava directamente en el corazón de Lena. La hace preguntarse y desear cosas que sabe que no puede tener.

"¿Es raro que te extrañe tanto?" dice Kara, mientras se adentra más en el apartamento. "Solo han pasado dos días, pero después de Japón se siente como una eternidad".

"Sí", dice Lena, al escuchar lo incómoda que suena la risa que deja escapar y casi se encoge.

Kara le lanza una mirada extrañada, pero no comenta. "¿Cómo estuvo tu vuelo?"

"Bien", responde Lena con una sonrisa tensa.

Aunque Kara se ve confundida por la tensión que Lena sabe que está saliendo de ella, parece encogerse de hombros a un lado a favor de avanzar para besar a Lena.

Se siente demasiado bien como para no dejarla. Las manos de Kara van a su costado y se deslizan hasta la parte baja de su espalda, sus narices chocan ligeramente mientras se besan y cuando Lena prueba la sonrisa en el rostro de Kara, una punzada de culpa se mezcla con el placer en su estómago.

Es esa culpa lo que hace que se aleje de la boca de Kara y que, con suavidad, pero con firmeza, empuje a Kara hasta que haya espacio entre ellos.

Kara parece sorprendida. Tal vez con razón. "Lo siento", dice Kara en voz baja, pasándose el pulgar por la comisura de los labios y mirando a Lena con preocupación. Ella retrocede unos pasos hasta que se apoya en el mostrador, "¿Te lastimé?".

Lena niega con la cabeza, odia lo apretado que está el control de la ansiedad sobre su pecho en este momento. Se siente como si ella pudiera empezar a temblar. "No, yo solo. Esperaba que pudiéramos hablar".

Con una ceja arqueada, el rostro de Kara se suaviza un poco, aunque la preocupación nunca flaquea en sus ojos. "¿Seguro, que pasa?"

Tragando saliva para asegurarse de que sus palabras salgan coherentes, Lena respira hondo y decide ir al grano. "Creo que es hora de que nos detengamos", dice, apenas capaz de romper las palabras en una oración completa. Se siente como si tuviera que sacarlos de la espesa carga de emoción en su garganta.

"¿Detener qué?" Pregunta Kara, algo inocente en su expresión.

Lena respira, trata de mantener todo bajo control. "Esto", aclara Lena, gesticulando entre ambas.

Está claro que Kara no entiende durante unos incómodos segundos antes de que su rostro se aclare al darse cuenta y sus cejas se junten. "¿Qué?"

"Ya no deberíamos acostarnos juntas", dice Lena lo más sucintamente posible.

Kara parpadea, su expresión congelada por la confusión. "¿Por qué?"

"Porque dijimos que lo haríamos", responde Lena, esperando que Kara escuche lo que realmente está diciendo.

Pero parece que Kara no entiende porque continúa parpadeando hacia Lena claramente confundida. "No lo entiendo".

Toma otra respiración profunda antes de que Lena sienta que realmente puede decir lo que necesita decir. "Acordamos terminar con esto si iba a otra cosa que no sea..." Lena hace gestos entre ellos como si eso explicara algo, pero la comprensión vuelve a aclararse en el rostro de Kara casi de inmediato.

Quédate a pasar la nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora