Quédate a pasar la noche

Capítulo 66

Es casi imposible para Lena estar en Las Vegas y no pensar en todas las cosas que ella y Kara han hecho allí. De todas las cosas que le ha hecho Kara y viceversa. Ciertamente no ayuda que esté en la misma suite gigantesca del ático en la que se ha alojado antes.

Una mirada a la cancha de baloncesto y Lena siente que sus muslos se juntan por reflejo. Lo que lo empeora es imaginar qué nuevos recuerdos crearán y la forma en que su cerebro sigue viendo su futuro con Kara como algo inevitable.

Kara la llama directamente mientras está tirando las sábanas de una de las camas: la cama principal, aquella en la que Kara la había hecho correrse tres veces seguidas antes de finalmente permitir que Lena le devolviera el favor. Ella responde por costumbre, siente la emoción de su rutina habitual volver a encender su columna vertebral.

“Hola”, dice Kara, en voz baja.

“Hola”, responde Lena, sintiendo que sus piernas se mueven a través de las sábanas y deseando que Kara estuviera allí, hablándole al oído. Es un anhelo extraño, uno que se está volviendo familiar.

"Creo que ya te dije esto, pero Cat nos tiene en toque de queda previo al juego", dice Kara, riéndose un poco. "O de lo contrario vendría a decir buenas noches en persona".

"Probablemente no sería prudente de todos modos", dice Lena. Kara tararea un segundo antes de hablar

"Entonces, ¿qué estás usando?" Kara pregunta.

“Un cinturón de castidad”, responde Lena, inexpresiva. Kara se echa a reír y Lena no puede evitar unirse.

"Está bien, está bien", dice Kara. "¿Te veré mañana?"

“Nos vemos mañana”, dice Lena, y puede sentir un profundo pozo de felicidad dentro de ella porque realmente podrá ver a Kara en una cancha de baloncesto mañana. "Juega bien."

"Oh, tengo la intención de hacerlo", dice Kara, en voz baja y feliz. Lena se queda dormida con una sonrisa en el rostro y un latido constante de excitación en el estómago.

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El estadio es eléctrico. A pesar de que no es su cancha local, parece que las Lakehawks han logrado hacer una presencia. Le habían dicho a Lena que es muy difícil atraer a un público visitante durante los playoffs, pero parece que las y los fanáticos de las Lakehawks son extremadamente apasionados. De alguna manera, a Jack se le ocurrió una camiseta de Lucy Lane para usar debajo de una chaqueta, y Lena apenas le había impedido pintarse la cara. Para cuando llegan a sus asientos frente al banco de las Lakehawks, la arena se ha llenado casi por completo, la música resuena mientras los dos equipos terminan los calentamientos.

Kara se ve bien, aunque está claro que Cat le ha dicho que no se esfuerce tanto en la práctica de tiro: un poco de astucia, Lena está segura. Está deambulando de un lado a otro de la línea central, de vez en cuando trotando, botando una pelota con ella. Uno de los entrenadores la lleva a través de una serie de estiramientos cerca de la mesa del anotador de los que Lena tiene que apartar la mirada antes de que Jack comience a molestarla.

Cuando el cronómetro se agota en su tiempo de calentamiento, las Lakehawks comienzan a congregarse en su banco, pero Kara se quedó en la mitad de la cancha, botando una pelota sin hacer nada mientras el reloj se acababa. Se siente como si la mayor parte de la arena, incluida Lena, tuvieran los ojos puestos en ella mientras lanza casualmente un tiro hacia el aro. Suena, el sonido ahogado por el fuerte zumbador que indica el final del juego previo. Jack se ríe de la exhibición y Lena no puede evitar murmurar presumir de buen humor.

Ella escucha a un fanático de Ace detrás de ella murmurarle a su amigo: “Eso no es bueno”.

Kara no comienza el juego, pero Lena no se sorprende. Kara había mencionado que Cat simplemente le había dicho que podía vestirse para el juego y que obtener minutos de juego dependería de cómo transcurriera el juego. Ese parecía ser el tema del regreso de Kara: no la arriesgues antes de que lo necesiten. Kara había expresado mucho cuánto odiaba esa mentalidad.