Narra Ana:
Podía notar la desesperación en sus labios, besándome una y otra vez sin descanso, mientras me abrazaba fuerte contra su pecho. Se separó muy despacio manteniendo el contacto de nuestros labios hasta el último momento. Abrió los ojos ligeramente rozando su nariz con la mía, mordiéndome muy suave en los labios, provocando una amplia sonrisa en mi cara a la que él correspondió al momento.
-Marc: Sera mejor que nos vayamos…-dijo con los ojos tan brillantes como una noche de luna llena.
-Ana: ¿Y qué pasa con la segunda cita?-dije rozando ligeramente su boca. Marc me miro divertido adivinando a lo que me refería.
-Marc: Voy a besarte hasta que te quede claro que no me interesa saber a qué saben otros labios…-dijo besándome muy dulce antes de coger mis cosas y salir corriendo del Aeropuerto.
Narra Marc:
En cuanto cerré la puerta de mi habitación y me aseguré de que había soltado todo lo que llevaba encima la cogí en brazos. La tumbe muy despacio sobre la cama y me quedé mirándola fijamente a los ojos….Sabes ese momento en el que sobran las palabras y una mirada es suficiente para saber lo que la otra persona está pensando… cuando sientes que el mundo se detiene y que el momento se vuelve totalmente perfecto. Pues este era ese momento…no hizo falta decirnos nada mas…y es que amar a alguien es una cosa, que alguien te ame es otra; pero que te ame la misma persona que amas, lo es todo.
-Ana: ¿Quieres darte un baño?-dijo con una sonrisa traviesa.
-Marc: ¿ahorrando agua o sin ahorrar agua?-dije rozando su nariz con la mía antes de besarla.
Antes de que pudiera darme cuenta ya me había quitado la camiseta yendo a parar a saber dónde. Fui desabrochando cada botón de su blusa, mientras ella reía por la lentitud de mis dedos. Estaba exageradamente nervioso, no era la primera vez pero estaba incluso más nervioso que la primera vez y esos botoncitos con forma de corazoncitos no me estaban ayudando en nada. Ana se dio cuenta y con un simple tirón se abrió de golpe la blusa, dejándome el camino libre para mordisquear cada centímetro de su piel. Le desabroche los vaqueros con desesperación, encontrándome con unas braguitas negras anudadas a los lados, que no me hicieron para nada relajarme. Empecé a tirar de uno de los lacitos pero en ese momento me hizo rodar quedando ella sobre mí. Fue mordisqueando mi cuello, mis hombros, mi abdomen, dejando un rastro de besos muy húmedos hasta llegar al filo de mis pantalones los cuales me quitó junto a mis bóxer antes de que pudiera reaccionar. Sabía perfectamente como volverme loco pero cuando sentí sus labios apoderarse de mi miembro no lo pude resistir mas. Era incansable y seguía con su ardiente tortura, lamiendo, mordiendo y besando cada centímetro de mi piel mientras yo me retorcía sobre la cama. Estaba totalmente sometido a sus deseos, acercó mis labios a los suyos recorriendo muy despacio el contorno de mi boca con su lengua. Recorriendo mi mandíbula con sus labios haciéndome gemir de placer.
-Marc: ¡DIOS... YA NO AGUANTO MÁS...ME ESTOY MURIENDO...!-dije ante su risa nerviosa.
Me deshice rápidamente de su blusa tirándola a un lado centrándome en desabrocharle rápidamente el sujetador. Entonces sus pechos erectos quedaron a mi merced, la imagen que ven mis ojos es extraordinaria. Podría tirarme horas mirando su cuerpo desnudo, que no me cansaría, los miro detenidamente y me apodero de ellos acariciándolos con suavidad. Ana gime… El sonido que sale desde el fondo de su garganta es tan salvaje, que me produce un infinito placer, de tan solo escucharlo...De pronto sus labios de apoderan de los míos besándome con brusquedad…
-Ana: ¿Si te dejo así ahora mismo que pasaría?-dijo con la respiración entre cortada.
-Marc: Morirías…-dije acariciando suavemente sus caderas mientras desanudo los lacitos tirando de una de las tiras de cada lado.
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La casualidad más bonita del mundo. (Marc Márquez)
RomanceEsta es la historia de Ana Rivera una malagueña recién graduada en fisioterapia. Que por suerte o por desgracia tiene que abandonar su tierra y emprender una nueva vida en Barcelona. A los 6 meses dado su gran potencial deciden trasladarla a una Clí...