Capítulo 2

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-¿En serio? - Cuando Yumi me contó su plan, no podía estar más sorprendida.

-Sí, yo he ido varias veces por ahí con mis primas.

-Pero es que nunca he salido en plan salir.

-Tú ponte guapa y coge dinero. Yo haré la magia.

-Bueno...

-¿No querías hacer algo guay? Pues ala, toma guay.

-Vale...

-Me paso por tu casa a las nueve - Y me colgó. Menuda amiga, ¡me quería llevar de fiesta!

-Vale, Rebeca, todo bien, relájate - Me dije a mí misma - Voy a ir de fiesta con Yumi, eso no es malo.... ¡Espera! ¿Cómo se lo digo a mi madre?

Bajé al piso de abajo a buscarla.

-Mami...

-¿Qué? ¿No ves que estoy fregando la cocina?

-Sí, pero es que tengo que decirte algo importante - Dejó la fregona y me miró.

-¿¡Vas a ir a esas clases de teatro!?

-No, no era eso. - Volvió a coger la fregona. Se le notaba en la cara la ligera decepción que sentía.

-Pues dime que quieres.

-Esta noche voy a ir de fiesta con Yumi.

-¿Cómo que de fiesta?

-Pues eso, voy a salir por ahí. ¿Tú me dejas?

-Pregúntale a tu padre.

-Aún está en el trabajo.

-Pues llámale - De acuerdo, ¿eso había significado que me dejaba ir o que no? Fuese lo que fuese, debía de convencer a mi padre. Fui al salón y cogí el teléfono inalámbrico de la mesita.

-¿Diga? - Tras tres tonos, lo cogió.

-Hola papá.

-Ah, eres tú.

-Sí, tengo que preguntarte una cosa.

-¿De qué necesitas ayuda? ¿De naturales? ¿De historia? ¿De francés?

-No, papá, no tiene nada que ver. - Qué obsesión, no estaban acostumbrados a otra cosa que no fuera tema del instituto - Esta noche quería salir con Yumi a dar una vuelta, me preguntaba si tú me dejarías.

-Ah, no sé. Sólo si tu madre está de acuerdo.

-Ella me ha dicho que te lo preguntara.

-¿Me la puedes pasar? - Mierda, eso significaba que iban a debatir lo bueno y lo malo de mi pregunta y se enrollarían, como siempre.

-Sí - llamé a mi madre y le pasé el teléfono - Habla con papá.

-¡Hola! - dijo ella. Los dejé hablando y yo me senté en el sofá, cogí una revista y me puse a mirar las fotos. Esa llamada daría para mucho rato de lectura entretenida. No quería meterme en la conversación de mis padres.

-¿Entonces qué? - dijo mi madre en un tono bastante alto. A los cinco minutos volvió a hablar - Sí, vale... Bueno, adiós. Ven pronto. ¡Rebeca!

-¿Sí? - Me levanté del sofá y me acerqué a mi madre - ¿Qué dice papá?

-Él dice que sí, pero yo digo que no.

-¡Mamá!

-Espera, hemos decidido que sí te dejaremos ir.

-¡¡Bien!! - corrí y abracé a mi madre.

-Pero tienes que volver como muy tarde a las una. Y no te puedes ir muy lejos.

Volvió.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora