Jay.
Había podido soltarlo todo o casi todo, pero ahora estaba... ¿besándome? Esta puta chica me estaba besando y le seguiría el rollo por unos segundos, porque joder, me pilló desprevenido de la hostia, pero esto no era lo que yo quería de ella ¿o si ?
No pude parar, me vi inmerso en una espiral de caos y labios y no supe cómo apartarla de mi, supe hacer todo lo contrario y lo que mejor se me da es complicar las situaciones, asique la puse contra mi y la apreté mas contra mi pecho, y contra mis partes bajas, para que notara lo que me hacía sentir. No se cuanto tiempo estuvimos besándonos, supongo que unos pocos mi unos, cuando se apartó.
Tenía los labios medio rojitos e hinchados y joder eso iba a poder conmigo, eso con la imaginación en otra parte...—Perdona, yo... esto no de ría haber pasado—dijo toda avergonzada y dándose la vuelta, pero no lo permití, necesitaba mirarla a la cara.
—¿Porque no? La gente se besa la mayor parte del tiempo. No es un delito, Izz. Ha estado bastante bien.
Le dije restándole importancia, para que no se sintiera peor de lo que ya seguramente se estaba sintiendo.
—Tenemos que volver, Jay, por favor, necesito que volvamos. Dame la mano, vamos.
¿Qué cojones...?
—No tienes porque disimular nada, ¿qué ha sido ese beso?
—Jay, por favor, déjalo estar.
Como decía mi nombre con su lengua iba a volverme loco, necesitaba que me lo hiciera sentir...
—¿Porque me has besado de ese modo?
—Yo solo... me dejé llevar—la miré y estaba tan desconcertadla como yo, pero yo nunca perdía el hilo y ella parecía haberlo dejado bastante atrás.
—¿Que tú solo te dejas llevar? Izzy, esto no ha sido dejarse llevar, me deseabas, admítelo.
Sus mejillas se estaban tiñendo de un color rosado bastante gracioso y agradable a mi vista e imaginación.
—Ni de broma, estas mal de la cabeza.
—Debo estarlo, pero en una misma noche me has besado y me has pedido que duerma contigo y has permitido que te coja de la cintura mientras dormíamos. Y todo ha sido cosa tuya, Izz.
Se que la estaba poniendo al borde, otra vez, pero lo necesitaba, necesitaba ver y saber por dónde iba a salir.
—Eres un jodido pervertido. Déjame en paz y olvida esta noche para el resto de tu vida. Entiérrala.
No podía parar de reírme, esta chica se le daba bien el doble juego, pero a mí mejor.
—Izzy, tengo entendido que una cosa de dos, no pasa sino uno quiere. Y los dos quisimos. Asique... estamos implicado los dos.
Me la imaginaba tan apretada contra mis caderas, mis embestidas como la podían y como su boca se abría para recibir mis dedos y chuparlos imaginándome que era mi...
—Jay, tú y yo nos odiamos, antes... tú puedes hacer tu vida y yo la mía. Ya está. Eso es todo.
—Me ha gustado ese beso, me deseabas.
—Oh por dios. Cállate un centenar de años.
—Lo que digas... pero te encanta todo lo relacionado conmigo.
—Respecto a lo de la fiesta... creo que si que iré.
Me estaba quedando muy atrás al parecer.
—¿Que están escuchando mis oídos? La niñata va a acudir a una de mis fiestas...
—¿Niñata? Vuelve a repetir eso.
Se acercó peligrosamente a mí y supe que había llegado mi momento.
—Niña...
Me había golpeado en la cara, esta niña no sabe con quien se está metiendo.
Me las iba a pagar y no iba a ser tardando mucho. Yo nunca me quedo con una bofetada.
—No sabes lo que acabas de hacer. Vamos a casa. Ya puedes no gritar ni una sola noche o despertarme por que entonces duermes en el jardín y de almohada usas el musgo si quieres.
No podía parar de reírse detrás de mí, pero yo no le veía ninguna gracia, se estaba riendo, después de la muerte de su novio, se estaba permitiendo reír, eso era un gran paso. Pero golpearme... como se atrevía, ninguna mujer y mucho menos tíos se habían atrevido a ponerme una mano encima, pero entonces llega ella y rompe mis reglas, porque le da la gana y piensa que puede. Pero no.

ESTÁS LEYENDO
La luz.
RomanceEl amor siempre parece ser una decepción o aparece de forma desafortunada e inesperada, pero cuando se vuelven a ver, saben que ya no hay vuelta atrás, que la luz se hizo en sus corazones.