Izzy.
¿Qué hacía mi madre aquí? ¿Cómo nos había encontrado? Miré a mi padre y luego a ella... ¿se seguían hablando? Aquí estaba la mujer que se fue de mi vida poco antes de la muerte de mi novio. Nick murió y yo también.
Se levantó hacia mi y me dio un abrazo, pero no la respondí porque estaba tan en shock, no me podía creer que después de tantos años tuviera el valor de volver.
Yo creo que el Universo de estaba riendo de mí, debe ser eso. No quería estar aquí.
—A ver yo... Marisa, no puedes estar aquí, debes irte. Ahora.
Me miró con cara de pena, pero no sentí nada, debe ser que todo lo perdí, porque todo se lo llevó consigo al otro mundo.
—Izzy, te quiero mucho.
—No, no me quieres, ni a papá, nos abandonaste, ¿acaso sabes que murió Nick? Eh ¿mamá ?
La miré con todo el dolor que tenía en mi corazón, por ella y por Nick, se que ella le quería mucho, pero joder yo también.
Oí un ruido detrás de mi y me giré por acto reflejo y cuando le vi sentí que mi respiración se pausaba y solo existíamos él y yo, pero que pena que le mirase con lágrimas en los ojos. Me limpié las lágrimas mientras él giraba la cabeza y entornaba los ojos para entender "la situación".
Se puso al lado de mi padre, cerca de mí, yo estaba bastante devastada. No necesitaba esto.
La mamá de Jay, por suerte no estaba, porque sino hubiera sido el espectáculo del circo.
—Mamá, apreció tu gesto y tu valentía, pero no puedes estar aquí, de verdad.—¿Y porque no ?
No me lo podía creer, quería que se callase, que no hablara, que se limitara a escuchar y no a intervenir.
—Es tu madre Izzy. No puedes hacerla esto.
Entonces exploté. Me giré y le grité delante de todos.
—Tú sabes que esta perra se marchó antes de la muerte de Nick y ni si quiera ha aparecido durante los siguientes años, ya hará unos 5 años. Jay, 5 años, es mucho tiempo. No tiene ningún derecho a llamarme hija, no me quiere y me alegro, porque yo a ella tampoco. De verdad.
—Izzy, tú madre esta enferma.
Entonces otro pedazo de mundo se me paró. Me giré hacia ella y como la mala persona que soy, la dije:
—No esperes recibir un dinero de mi, una ayuda, no esperes nada de mí, se murió el amor de mi vida y los dos me enterrasteis. Me da igual que estés así, en el fondo te lo mereces, esto es el karma. No te lo digo como madre, porque no lo eres, sino como persona.
Lo siguiente que pasó fueron dos cosas, uno, recibí una bofetada bastante fuerte que me hizo sangrar el labio y lo segundo es que de tanta impotencia me abalancé hacia ella y solo dos brazos fuertes me sujetaron y me hicieron pensarme mejor las cosas.
Miré a mi padre y le dije:
—Échala, por favor. Acaba de golpearme. Ya me golpeó en el corazón cuando se marchó, no tengo porque aguantar esto.
—Izzy, no puedo echarla, lo siento mucho hija. La siguiente noticia que tenía que darte es que se va a quedar aquí durante un tiempo.
—Entonces yo me voy. Me marcho ahora mismo.
Los brazos fuertes de Jay, me sujetaron con mas ahínco en el brazo,obligándome a permanecer y no dar otro escándalo. Lo miré por de ahí de las pestañas y sentí que él era mi Nick. Sentí que podía con todo esto y más. Pero nada era real.
Estaba apunto de llorar otra vez, pero no les di el gusto.Suspiré y me llevé a Jay de allí. No se porque tuve ese impulso.
—————————————————————————————**—————————————————————————
—Hola Lev. Estoy de camino.
—Nena, que pronto es...
—Sabes de sobra que se tarda casi 4 horas en ir.
—Vale te veo allí.
Colgué rápido y fui a la habitación de Jay.
Estaba todo a medio oscuras, era bastante grande, como la mía, pero la suya estaba calentita, y la mía estaba demasiado helada y no de ese tipo de temperatura. Me centré en llegar hasta la cama sin que se me oyese. Su habitación era tan cálida y me sentía tan protegida, sin saber porque.
Me fui a su lado de la cama y por unos instantes le observé dormir, tan sereno y tan dócil, como su respiración se ralentizaba y su pelo estaba despeinado y con esa camiseta estaba tan endemoniadamente sexy.
—Jay, despierta.
Le zarandeé un poco el hombro pero no se inmutó, joder, necesito que despierte.
—Jay, por favor despierta.
Se movió un poco, pero para ponerse en una nueva postura, para ahuecar el ala.
Me metí con el en su cama y lo abracé, no se porque estaba haciendo esto, pero lo supe en cuanto le tuve encima de mí, respirando a milímetros de mi cara y mis labios. Joder.
—Izzy, ¿qué crees que estás haciendo?—susurró tan bajito que se me engolo el corazón.
—Tenemos que irnos.
Menos mal que todo estaba medio a oscuras y no podía verle bien la cara. Pero imaginaba su cara de póker.
—¿Irnos? ¿A donde? ¿Qué puta hora es?
—Jay, yo necesito que me hagas un favor y me lleves a... a mi antigua casa.
—¿Y porque iba a hacer eso ?—dijo con los brazos apoyados en ambos lados de mi cabeza.
—¿Porqué me tienes acorralada?
—Porque tu has venido a mí, porque sabes que te gusta. Te gusto.
Pasó su nariz por mi cara y su labios por mi oreja y me mordió suavemente y luego apretó un poco y me soltó un gemido. Maldita sea.
—Izzy, Izzy, ¿qué voy a hacer contigo?
—Porfavor Jay, lo necesito. Necesito que vayamos.
—Está bien, joder. ¿Donde cojones te llevo?
Se salió de la cama y me dejó bastante noqueada mentalmente, su lengua y sus labios... joder, es que... no se podía repetir, y aquí estoy como una idiota mirándole.
—Izzy, te estoy hablando.
Es que con Nick, no era nada de este estilo, teníamos nuestras relaciones y nuestros momentos, pero era vulgar estas situaciones para él, pero con Jay, me aviva la sangre. Resurgí como el Ave Fénix.
—Necesito que me lleves a Rhode.
—Eso está a 4 horas de aquí. No pienso llevarte. Esta demasiado lejos.
—Jay, necesito que me lleves, por favor, no le digas nada a mi padre. Necesito... yo tengo que ir allí.
—Izzy, tienes que superarlo. Ya no está.
—Lo sé, pero no es, no es por él Jay, es por... tengo una amiga allí todavía.
—Espérame abajo en la cocina.
Se acercó a mí y me acarició la mejilla con sus nudillos y sentí desfallecer, pero seguía aquí, cerré los ojos y disfruté del contacto de su piel caliente con mi cara. Era demasiado.
—Gracias. Como siempre—suspiré.
ESTÁS LEYENDO
La luz.
RomanceEl amor siempre parece ser una decepción o aparece de forma desafortunada e inesperada, pero cuando se vuelven a ver, saben que ya no hay vuelta atrás, que la luz se hizo en sus corazones.