011

2K 209 130
                                    


Uraraka no era el tipo de persona que perdía el interés por algo con facilidad. Cuando acabaron las clases, aún no habían rastros de Bakugo por ningún lado, claramente ella no iba ir preguntando como desquiciada a todo el que se le cruce si había visto al rubio, sólo continuó su rutina yendo a los dormitorios, pero esa cuestión seguía en su mente.

La razón era sencilla, la UA era absurdamente estricta con dejar salir a los estudiantes o dejarlos vagar por el instituto a su antojo, habían horarios para todo y ese día no se podía salir, siempre estaban controlados, la única excepción era si debían ir a la enfermería o visitar al departamento de apoyo por A o B motivo.

Así que decidió comprobar por ella misma ambas opciones. Primero "escapó" del edificio de dormitorios con la excusa de sentirse mal e ir a la enfermería, sus compañeras le creyeron teniendo en cuenta su malestar emocional reciente, cuando llegó y no vio a quien buscaba, la castaña tuvo que sacrificar veinte eternos minutos de un chequeo de rutina para detectar la causa de su falso malestar, al no obtener resultados la mandaron a descansar.

──Vamos... tiene que estar aquí──. Uraraka inhaló profundo y se desvió del camino yendo hacia el taller del departamento de apoyo y ahí vio desde la puerta a la alumna más aplicada del área; Hatsume Mei, girando alrededor de Bakugo mientras lo tocaba por todos lados como solía hacer usualmente.

Tanto la pelirrosa como el desaparecido voltearon a verla, Ochako se quedó parada en silencio sin saber como reaccionar. Se planteó cómo encontrarlo pero no pensó en ninguna excusa por la cual debía hacerlo.

Quería ser tragada por la tierra en ese instante.

──Oh ¡hola! ¿Le pasó algo a tu traje? Estoy algo ocupada ahora como verás, dame un segundo──. Mei se sacó las extrañas gafas y se apartó de Bakugo quién respiró aliviado, después miró de reojo a la castaña, sin intervenir en la conversación.

──¡S-sí!──. Respondió de inmediato Ochako, prácticamente Mei le había entregado en bandeja una excusa perfecta. Pero en ese segundo ella se dio cuenta que no había traído su traje consigo. ──¡Q-quiero decir no! No-... Lo-lo-los

Tragó saliva y entró al taller, sonriendo nerviosamente.

──Los compañeros y yo estabámos preocupadas por Bakugo-kun, ya que no apareció en clases y-...── Se encogió de hombros.

──¡Ahhh! ¡Entiendo!──. Mei fue corriendo y se colocó detrás de Ochako, empujándola amistosamente para que se acerque a Bakugo. ──Estuvimos todo el día mejorando su traje para la prueba de mañana. Hubiera sido más rápido si mis compañeros accedían a ayudar, pero nadie quiere tocar a este lunático ¡jaja! ¿Puedes creerlo?──.

Bakugo frunció notablemente el entrecejo ante el comentario de la pelirrosa y apretó los dientes para evitar decir sus verdades. Ciertamente ese día fue un infierno para él, prefería entrenar sin descanso a tener que aguantar a Mei tocándole y hablando de máquinas todo el día.

──Oh entiendo, bueno eso era todo. No los interrumpo más, je──. Ochako intentó safarse, pero Mei no la dejaba.

──¡Quédate un momento! Sé testigo de cómo mi baby se pone en marcha. Si llega a funcionar será de mis mejores inventos──. Exclamó Mei, entusiasmada.

──Auriculares──. Ochako no comprendió, ¿era eso lo que estuvo manteniendo ocupado a Bakugo todo el día?

──Sé lo que estás pensando, simple. ¡Pero si funciona definitivamente la sord-...──. Bakugo apartó a Ochako de Mei y colocó su mano en la boca para evitar que siga hablando. Su mirada filosa se clavó en los ojos ambar de la inventora, entendió la advertencia y él la soltó.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 20, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Accidente. ⌦ᴋᴀᴄᴄʜᴀᴋᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora