Capítulo 4.-

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Seph miró a su alrededor confundido, la habitación del rey estaba siendo remodelada, la pared que debería estar de un color cobrizo parecía tan frágil que en temía que en cualquier momento se fuera a caer, ni siquiera pudo reconocer los pequeños m...

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Seph miró a su alrededor confundido, la habitación del rey estaba siendo remodelada, la pared que debería estar de un color cobrizo parecía tan frágil que en temía que en cualquier momento se fuera a caer, ni siquiera pudo reconocer los pequeños muebles que adornaban la estancia. La mayoría estaba tan de mal estado que casi sintió pena.

Pero eso no fue lo que lo dejó con la boca abierta, si no la armadura que el rey llevaba encima, una de esos viejos prototipos que los guerreros habían dejado de usar porque les lastimaba la entrepierna.

Una que lo protegía de cualquier ángel que quisiera hacerle daño, aunque Seph pensó en las mil maneras en las que un ser divino podía defenderse, pero no dijo nada al respecto.

Sabía que el único guardaespaldas que el rey se podía permitir era a Zadkiel, el cual decía que daría la vida por él.

Un lema bastante ridículo, incluso para él.

—Su majestad... —Seph estuvo a punto de hacer una reverencia, pero el rey lo detuvo.

—No es necesario que hagas eso —. La seriedad en su voz le dio un poco de miedo que tuvo que retroceder un par de pasos.

¿Desde cuándo el rey tenía esa actitud tan extraña?

No entendía el motivo de ese comportamiento suyo, sí se suponía que hace unas horas debió de recibir malas noticias que no le quedarían los ánimos para sonreír.

Los rumores sobre que las alertas del palacio habían fallado ponía nerviosos, incluso a los querubines más jóvenes y el rey estaba de lo más tranquilo.

A Seph no era eso lo que realmente le preocupaba, si no los guardias desaparecidos y el murmullo siniestro de la oscuridad.

Quizás al rey no le importaba Celesty realmente como tanto se decía.

En su rostro no había ni una señal de inquietud, más bien estaba muy emocionado por lo que iba a decir, Seph pensó que se debía quizás a la llegada de su hija mayor, quién volvería a casa después de haber estado casi toda su vida en Estrella Lunar, en el palacio que se encontraba cerca de un manantial.

El rey se veía orgulloso de que su hija pequeña estuviera entrenando para ser una guardiana más, sin embargo, los únicos que no estaban de acuerdo con eso eran los guerreros, porque a pesar de todo ellos protegían el portal.

Seph había escuchado rumores de que la princesa venía en camino, solo que le tomaría un tiempo en regresar debido a la oscuridad y lo lejano que era ese lugar.

Aunque también se decía que la hija del rey había sido enviada a ese reino para que los espectros no le hicieran ningún daño, estaba aterrada, después de todo, cuando era una niña miró como la oscuridad le arrebató a su hermana mayor.

Tanto era el temor del rey que quiso mantener a salvo.

Nadie conocía el verdadero motivo de su huída a excepción del rey.

Dareph -Wattys 2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora