Capítulo 40.-

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Hace mucho, mucho tiempo atrás

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Hace mucho, mucho tiempo atrás. 

La vida de los humanos era tan frágil como un vaso hecho de cerámica, creado con tan solo una finalidad, romperse para volver a recrearse.

La oscuridad que había salido del infierno llegó al mundo terrenal en forma de espectros y los ángeles guardianes se convirtieron en guerreros, teniendo el poder de destruir el mal, sin embargo, no eran muy bien recibidos en los pueblos humanos, ya que estos temían que una guerra se fuera a desatar.

—No los voy a proteger —la voz de Selene se hizo oír en toda la cabaña, sus ojos azules miraban a su padre con disgusto, su don peculiar había llamado mucho la atención desde hace un par de semanas.

Un escudo protector capaz de proteger a todo lo divino y aquellas personas indefensas.

—Como la princesa de la luna debes hacerlo, es tu responsabilidad —le explicó su padre, esa noticia sobre su hija había sido algo inesperado, pero él nunca perdió la fe en la humanidad, ni en sus salvadores.

Aunque..., ¿quién iba a pensar que sería asesinado por uno de ellos?

—Yo no pedí esto —respondió Selene para luego salir de la cabaña, molesta.

Pasó cerca de su hermana sin importarle que esta le llamaba, caminó descalza hacía el bosque de los condenados, su lugar favorito desde que era una niña.

La brisa nocturna la hizo reflexionar sobre la vida, sobre su verdadero propósito de su existencia en la Tierra, en el mundo.

"¿Por qué elegirme a mí cuando hay más personas que pueden ser capaces de crear escudos?" pensó.

—Porque no todos nacen con un poder divino como el tuyo —respondió una voz que la hizo retroceder, lo miró enseguida, aquellos ojos únicos del recién llegados, tan azules que le parecieron irreales.

—¿Quién eres tú? —preguntó Selene, mientras que con torpeza sacaba un cuchillo que siempre mantenía escondido en su ropa.

—Mi nombre es Nithael, ángel guardián y ahora guerrero? —respondió el desconocido, quién arqueó una ceja al ver su reacción. Parecía que las piernas le temblaban por ello no se acercó más.

—Así que un ángel... —Selene empezó a jugar con el cuchillo que tenía en la mano, sin quitarle la mirada de encima al recién llegado. —A los que se supone que yo debo proteger, solo porque el de allá arriba lo decide.

—No me lo tomes a mal, pero tampoco queríamos a un humano cerca de nosotros —explicó Nithael con una mueca en el rostro, aunque de algún modo trató de no sonar grosero. —Es muy arriesgado cuando se trata de luchar contra la oscuridad.

—Y entonces... ¿Por qué? —A Selene se le quebró la voz, quería una respuesta.

Nithael deseo no estar ahí, no mostrar consuelo hacía ella, no darle esperanza de algo que no sabía.

Dareph -Wattys 2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora