La revelación

40 5 1
                                    

Dragon Days

.

4

La Revelación

.

Kanon iba en el auto sintiendo su corazón latir con rapidez conforme se alejaban del centro comercial, tratando de distraer su mente observaba las decoraciones navideñas colgadas en las diferentes fachadas por donde transitaban, señalando que algunas no se veían muy bien. No quería que se notaran sus nervios haciendo lo posible por actuar casual y despreocupado. Radamanthys, por su parte, no añadía gran cosa a la charla dandole lo mismo que las calles estuvieran poco o muy iluminadas por las luces de la temporada.

—No eres del tipo festivo, ¿verdad? —dijo sonriente.

—Pues no, la verdad no —respondió el rubio honesto dibujando una sonrisa leve en su rostro.

El auditor alquilaba un apartamento a pocos minutos del prestigioso centro comercial, en una zona nueva y elegante llena de edificios con bellas fachadas de piedra clara. Kanon observaba la calle frente a él sin poder creer semejante opulencia. Ahi se notaba la gran diferencia de paga mensual entre uno y otro. O bien, ahí se dejaba ver cuando deseaba Julian Solo pasar aquella auditoria ya que, era muy probable, que esa costosa renta no la pagaran los auditores si no la oficina del jefe en persona.

La larga avenida con su amplio camellón lleno de altas Palmeras se quedo atrás apenas giraron por otra calle transitada donde se dejaban ver más edificios altos y lujosos. Sin mirar exactamente a cual entraron, Kanon solo observaba como los portones se abrían descendiendo al estacionamiento. Subieron por el ascensor cuyas paredes eran de vidrio grueso que dejaba ver al otro lado sin problema, así Kanon miraba la vista bajo sus pies mientras Radamanthys lo observaba con curiosidad.

—¿Nunca habías usado un ascensor? —pregunto con burla.

—¡Por supuesto que sí! Solo que esta zona está llena de edificios altos que no había visto antes —respondio algo molesto.

—Tu jefe dice que es nueva, todas estas construcciones tienen poco de haberse levantado. Incluso está considerando mudar sus oficinas aquí.

—¡¿Qué?! —replicó Kanon horrorizado— ¡Esa es una noticia terrible, yo no vendría a una oficina hasta acá!

El rubio no dijo más riendo levemente mientras ambos salían del ascensor, así Kanon observó que, en realidad, estaban en el piso 10. No era tan alto en sí, aunque la perspectiva desde el interior fuera otra. Al salir caminaron por el blanco y limpio pasillo cerrado lleno de puertas color café oscuro que estaban colocadas a uno y otro lado. En este punto, es donde el corazón de Kanon se sentía estallar impidiéndole respirar con tranquilidad haciendo que su acompañante lo mirara con algo de preocupación.

—¿Estás bien? —pregunto— ¿Necesitas algo?

—Un poco de agua estaría bien —mintió mientras ambos entraban en el apartamento.

El interior estaba muy iluminado, eso fue lo primero que Kanon noto ya que Radamanthys le indico que entrara primero. Kanon no se esperaba menos de aquel sitio tan impersonal, aunque si esperaba un poco más de "personalidad del auditor" ahí dentro. Las paredes eran blancas así como el suelo. Los muebles hacían contraste al tener acentos oscuros. El perchero con un largo espejo estaba colocado en la primera pared al frente de la puerta, por el pasillo a la izquierda se veía un diminuto juego de mesa con sillas así como un sofá de tres plazas y mesas auxiliares en tonos dorados con superficie de vidrio, al frente de estos estaba una pantalla de plasma colgada en la pared.

Los cuadros en las otras paredes parecían haber sido adquiridos en cualquier tienda departamental al azar ya que carecían de personalidad, siendo estos solo líneas "modernas" sobre un fondo blanco. Todo parecía gritar "el ocupante está de paso" y Kanon se sintió en la incipiente habitación de un hotel de tres estrellas o menos. Otra cosa que llamó la atención es que nada estaba fuera de lugar así como la ausencia de espíritu navideño. Es decir, como si nadie hubiera tomado el desayuno esa mañana o encendido el televisor en meses.

Dragon Days Donde viven las historias. Descúbrelo ahora