Dragon Days

Los lazos que comenzaron al ritmo de jazz

Dragon Days

.

3

Los lazos que comenzaron al ritmo del jazz

.

Varios minutos después de salir del estacionamiento, ambos iban riendo en el auto sobre las iluminadas calles de la ciudad, por unos minutos, Radamanthys sintió que podía dejar todos sus problemas en la oficina guardados en alguna gaveta mientras que Kanon, por su parte, disfrutaba mucho de la compañía y el viaje en auto, cuya duración oportunamente se incrementaba poco a poco debido al tráfico de los viernes. Al rubio esto lo hubiera hecho lanzar una proliferación de maldiciones una seguida de otra, no obstante la compañía de Kanon amenizaba mucho el tiempo en medio de los autos que iban acumulandose por las iluminadas avenidas de la ciudad. Olvidándose por un momento de todo a su alrededor, concentró su atención en la amena charla y compañía.

—Me sorprende que no seas de esos que lanzan palabrotas a diestra y siniestra en medio de este espantoso tráfico —comentó Kanon observando sonriente a su colega al volante.

—Estoy haciendo un esfuerzo sobrehumano para contenerme —respondió este irónico devolviendo la sonrisa—. Detesto el tráfico de los viernes y, de no estar tú aquí, ya los hubiera insultado más de unas diez veces.

—Vaya, es agradable ver que tienes algo de sentido del humor —comentó el joven del cabello cobalto gratamente sorprendido por la buena disposición de su amigo pese al tiempo que ya llevaban atrapados en medio de los automóviles.

—Tengo sentido del humor aunque no lo creas, no siempre soy un sujeto cascarrabias.

Para amenizar un poco más el ambiente, Kanon sugirió encender la radio y escuchar un poco de música agradable añadiendo que el bar ya estaba cerca. La estación de los clásicos se dejó escuchar, mientras Radamanthys reconocía que nunca encendía la radio así que no tenía conocimiento de que frecuencia estaba sintonizada. Kanon solo se encogió de hombros dejando que la voz del locutor anunciara alegremente la siguiente melodía; así "Bus stop" de Los Hollies se dejó escuchar dentro del auto haciendo que ambos hombres sonrieran, como si aquella melodía comenzase la banda sonora que los acompañara durante el camino.

—¿Hay algún tipo de música que te agrade? —preguntó Kanon observando con curiosidad al rubio— Como esa que está sonando o alguna otra.

—No tengo preferencias —respondió honesto—, me da igual simplemente. Mientras no sea estruendosa, está bien.

El tráfico se aligeró un poco conforme avanzaban, así el joven del cabello cobalto dirigió a su amigo rubio por en medio de las ajetreadas calles del centro hasta la zona centro-norte de la ciudad, por donde fueron tomando atajos y así evitar los autos que les salían a su derecha e izquierda. Su destino era un bar ubicado ya a pocos metros de ahí, en medio de la congestionada avenida. El sitio en cuestión, tenía una fachada sencilla de ladrillo rojo y parecía haber sido construido estratégicamente en medio de varios edificios en decadencia; como si este, por sí mismo, intentara llamar la atención para no caer en el olvido al competir con otros locales más de moda. La puerta de madera desgastada de dos hojas tenía a un portero que amablemente permitía el paso a los comensales mientras que, por encima de esta, estaba un letrero blanco iluminado con letras verdes de caligrafía garigoleada:

"Sonata Jazz Bar"

Ambos entraron, yendo escaleras abajo, adentrándose en una oscuridad disipada por luces navideñas aquí y allá, siendo recibidos por una barra muy iluminada a su izquierda, así como, un recinto pequeño cuyo escenario circular ocupaba gran parte del fondo, las mesas pequeñas lo rodeaban dispuestas con sus manteles borgoña coronadas por una lámpara esférica que apenas iluminaba algo. El resto de la iluminación interior eran luces iguales, tenues y cálidas mezcladas con las bombillas navideñas, a fin de no romper la atmósfera a pesar de que, pareciera, toda la iluminación competía entre sí por ver cual dominaba.