Los cambios inesperados

40 4 7
                                    

Dragon Days

.

7

Los cambios inesperados

.

Haber llegado a las cinco de la mañana al aeropuerto no era algo que fuera de su total agrado, como sea Kanon fue puntual en su llegada ya que debían estar con tiempo suficiente pues su vuelo salía a las ocho en punto. Al estar ahí, se encontró con Radamanthys en el mostrador de la aerolínea, donde ambos registraron sus valijas mientras el recepcionista revisaba sus documentos.

El rubio sentía como Kanon lo miraba con algo de reproche pues no iba a perdonarle el haberlo sacado de la cama antes del amanecer y lo hiciera ir hasta el lejano aeropuerto con el estómago vacío.

—Busquemos donde desayunar, ¿te parece? —pregunto luego de un rato sintiendo aquella mirada perforante.

—Por favor —respondió molesto pero tratando de mantener el buen humor.

Asi, fueron por los aún desiertos pasillos tratando de encontrar algún sitio que estuviese abierto tan temprano deseando una buena taza de café antes del abordaje. Tras caminar por unos cinco minutos, se toparon con una cafetería sencilla desde donde les llegaba el aroma a café caliente y pan recién horneado. Apenas tomaron asiento Kanon observó a su acompañante detenidamente pues, el rubio a pesar de llevar ropa casual, se le veía como si fuera a una junta importante ya que estaba perfectamente ataviado haciendo que el otro no pudiera quitarle el ojo de encima sintiéndose un poco inadecuado ya que, por el contrario, él parecía como si acabase de salir de la cama.

Y como sucedía cuando lo pillaba desprevenido, hasta él llegó el aroma de la fragancia de Radamanthys, la cual aspiró lentamente con los ojos cerrados pues un aroma tan tentador lo hacía querer írsele encima y no darle tregua durante la siguiente hora mínimo.

—¿Estás bien? —preguntó el rubio mirándolo extrañado alzando sus ojos avellanados por encima de su taza.

—El aroma de tu fragancia... —dijo lentamente dedicándole una mirada seductora que hizo dar un respingo a Radamanthys— No lo había mencionado antes, ese aroma me vuelve loco. ¡Es delicioso! —parecía estar en medio de un ensueño al decir todo eso haciendo turbar a su acompañante.

—Eres el primero que dice algo así... —respondió sonrojado sin saber qué hacer o qué más decir ante el comentario inesperado.

—¿De verdad?

—Si —esas palabras le alegraron la mañana y pensar que ni siquiera eran las siete.

Rieron un poco al mismo tiempo que desayunaban así Kanon logro reponer fuerzas mientras se tomaba unos momentos para buscar el cuarto de baño y arreglar su aspecto hasta quedar decente aunque no con el mejor aspecto como tenía su acompañante. Debido a las prisas, solo tomo una ducha rápida vistiéndose con la ropa que estaba preparada desde la noche anterior sin reparar en otros detalles de su atuendo. No así el rubio parecía haber puesto un pie fuera de la cama desde mucho antes tomándose su tiempo como si unas cuatro horas de vuelo no lo hicieran perder el glamour.

Fue así que, delante del espejo, Kanon se miraba detenidamente cuando lo asaltaron algunas inquietudes respecto a los objetivos del viaje, las razones detrás de ello. No se habia tomado unos momentos en analizar si realmente había sido una buena idea o si era prudente. Todo paso tan rápido que, apenas si asimilaba, que estaba por encontrarse con un personas muy cercanas al hombre que le gustaba y venía la parte complicada.

¿Cómo tomarían la madre y el niño la llegada de Radamanthys acompañado por otro hombre?, ¿Valentina ya estaría enterada que el padre de su hijo salía con él? No era que debiera importarle pues era ajeno a esa situación, no obstante no podía evitar cuestionarse. Si él fuera el niño y presenciara todo eso de primera mano, a pesar de su corta edad, ¿le sería difícil de aceptar?

Dragon Days Donde viven las historias. Descúbrelo ahora