((HISTORIA EN EDICIÓN))
Parecía ser tan solo otro normal día
de trabajo; las personas discutían, el
café ya estaba frío y empleados como
usted simplemente se dedicaban a lo
suyo, o al menos así era hasta que
repentinamente un apuesto hombre
apar...
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-¿Tienes hambre? Toma un sandwich del bolso, incluso tiene botellas de agua.- Mencionó Holly apuntando una maleta deportiva con su cabeza mientras conducía. Dentro había un montón de bocadillos mixtos. -Robé toda esa basura de la casa de Allen-.
-Genial- murmuraste dándole una mordida a tu sandwich favorito. -Y a todo esto, ¿cómo lograron encontrarme? En la llamada sonaba que tenían problemas-
-Y así era. Unos sujetos casi nos matan- Reafirmó Mitch.
-Lamento no haber sido de ayuda. Allen no me dejó ni un minuto en paz; con suerte pude recibir su llamada-
-Está bien; estabas con un desquiciado que podría lastimarte en cualquier segundo. Es razonable- Aseguró Holly mostrándose comprensiva.
-Todo era cuesta abajo hasta que de pura casualidad encontramos un taller mecánico- Dijo Mitch desde el asiento trasero. -Cambiamos mi reloj y el anillo de bodas de Holly por esta asquerosa Van- Enfatizó el hombre con la amargura cubriendo sus ojos.
-Es una pena- Suspiraste cabizbajo. En tu mente ya se estaba formando una lista con las cosas que debías recuperar. Al notarlo, la gótica sonrió con tristeza -Sólo son cosas materiales. Y de todas formas, ese anillo no me gustaba tanto.-
-Ese reloj era el único accesorio decente que tenía...- balbuceó Mitch recostado en los asientos traseros.
La rubia carraspeo frunciendo el ceño. -En fin, logramos volver a la ciudad; fuimos a la fea casa de Allen pensando que te encontraríamos ahí, pero ¡sorpresa, sorpresa! No había nadie- Suspiró la hembra mirándote de reojo. -Así que luego se me ocurrió que quizás estarías en el lugar donde inició tu pesadilla-.
Mitch rió con sorna -Eso ocurrió después de que pensamos que ya te habíamos perdido. Incluso estábamos planeando conseguir un nuevo amigo- Bromeó robando el resto de tu sandwich.
La gótica gruñó con molestia. -¡Hey! ¡Yo estaba contando la historia, idiota!- El castaño se encogió de hombros volviendo a recostarse.
Holly resopló volviendo a centrarse en la carretera.
-En fin, me alegra que te encontráramos. Estábamos preocupados por ti- Negó con la cabeza -No me habría perdonado si Allen te habría lastimado-
"Lo hizo, pero creo que es mejor no saberlo" Pensó desviando la mirada al suelo.
-Sin embargo, hablamos de las heridas en la forma física, ¿Y la mental? ¿Te dijo algo raro?- Cuestionó con los orbes nublados de preocupación.
Suspiraste cerrando tus ojos fatigados. -Para ser sinceros, sí. Todas y cada una de sus acciones estuvieron fuera de lo común.- Contestaste recordando el nauseabundo olor a muerte que alguna vez desprendió; sus delicados toques indeseados; sus dulces palabras cargadas con una amarga obsesión. -Nunca más quiero volver a verlo, de solo pensar en él me enferma-.
Una palma se posó en tu hombro intentando reconfortarle. Se trataba de Mitch el cual parecía bastante serio.
-No te preocupes, ahora estamos aquí contigo-.
-Y si algún día me encuentro a ese hijo de perra me aseguraré de asesinarlo- Murmuró la rubia entrecerrando los ojos con rencor.
Usted asintió cabizbajo dándole un vistazo a la ventana notando que se dirigían a las afueras de un aeropuerto. Un sentimiento de confusión te invadió.
-¿Qué hacemos aquí?- Cuestionaste mirando fijamente a Holly. La hembra no respondió, estacionando el vehículo.
-¿Todo listo Ben?- Preguntó el castaño.
-Listo. Justo a tiempo- Contestó el otro macho.
De repente, Mitch te entregó una maleta que contenía ropa variada, nada similar a tu estilo actual.
-Sabía que ese curso de costura sería útil algún día- Mencionó el mayor con orgullo.
Perplejo miraste de nuevo a Holly, la cual parecía buscar algo hasta que soltó un 'Bingo' sacando un grueso portafolio.
-Toma esto.- Dijo la rubia entregándote un pasaporte con información desconocida. Usted levantó una ceja estupefacto -¿Qué es todo esto? ¿Acaso vamos a viajar ilegalmente?- Bromeaste a medias esperando una respuesta negativa.
-Sí, de hecho así es.- Reafirmó Holly -Ahora cámbiate-
-Que buena broma...
-No estoy jugando.
-... ¡¿Qué demonios?! ¡Eso solo sucede en las películas!- Exclamaste perturbado ante la idea.
-Es más común de lo que piensas- Formuló nuevamente la gótica. -Pero éste no es momento para discutir, hay que darnos prisa antes de que el vuelo salga-.
-¿Y qué sucede con nuestro departamento, con nuestro trabajo y con nuestra mascota?- Preguntaste abrumado por la situación. Un día eras secuestrado por un viejo amigo y al otro te encontrabas a punto de abandonar tu vieja vida.
Sin que te dieras cuenta, Holly ya se había cambiado de ropa vistiendo un vestido holgado color cian lleno de flores magenta, con unas sandalias blancas y un sombrero del mismo color; su cabello había sido atado de forma que no se notaban sus mechones negros.
Una imagen ciertamente inusual.
-Escucha, sé que suena difícil, pero también sé con certeza que lo vamos a lograr. Ya escapamos de la muerte ¿que otra cosa podría pasar?- Explicó Holly sonriendo nerviosa tragando sus preocupaciones. -Además, ni siquiera tenemos mascota-.
Usted respiró profundamente intentando relajarse. -Me tienes, lo siento es solo que todo esto va demasiado rápido.- Limpió sus palmas sudorosas en sus pantalones.
-Lo sé, y te entiendo. Pero es ahora o nunca, no podemos arriesgarnos a que Allen te encuentre.- Reflexionó sujetando tus manos.
Gemiste rascando tu mejilla con cierta ansiedad.
-Está bien. Solo dame un segundo-.
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Este y el capítulo anterior los sentí algo apresurados... pero a pesar de todo me gustaron. En fin, los editaré después.
Por cierto, el siguiente ya es el capítulo final :D
