((HISTORIA EN EDICIÓN))
Parecía ser tan solo otro normal día
de trabajo; las personas discutían, el
café ya estaba frío y empleados como
usted simplemente se dedicaban a lo
suyo, o al menos así era hasta que
repentinamente un apuesto hombre
apar...
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—¡Idiota! ¡Idiota! ¡Despierta!
Escuchaste una rasposa voz masculina que te llamaba a lo lejos. Con gran pesadez abriste un ojo notando la multiplicada figura de uno de tus compañeros, Mitch.
"¿En donde carajo estoy?" pensó tomando asiento. Su cabeza de inmediato comenzó a doler.
—¡Despierta! Tu rostro se ve como la mierda-
Se llevó ambas manos a la cara frotando sus ojos intentando enfocar la mirada.
—¿Qué acaba de pasar?– Interrogó notando que se encontraba recostado sobre el regazo del opuesto.
El mayor resoplo con disgusto. —Un montón de locas golpearon tu cuerpo hasta hacerlo pure– Aseguró Mitch sin una pizca de gracia. —Pensé que habías muerto—
Usted sonrió enternecido. —Ay, te preocupas por mí.
El rostro de Mitch enrojeció causando tu estridente risa. Su ceño se frunció irritado.
—Debí haberte dejado morir.
Limpiaste una lágrima imaginaria. —Ouch, eso dolió.– Llevó su mano al pecho; formando una mueca de dolor. –De cualquier forma, creo que aún no me toca—
—Lo sé, eres un hueso duro de roer
—Me lo han dicho seguido...– Respondes con orgullo.
—A todo esto, ¿Qué hacías en una horda llena de fanáticos de Allen?-
—¿Quién?
—Oh, es verdad; no tienes conocimientos sobre cultura general- Siseó el castaño.
En eso, de golpe recordaste aquellas bebidas que te habían causado estar ahí en primer lugar.
—Mitch, ¿En donde están los cafés que preparé?– interrogó preocupado, sosteniendo al mayor por el cuello de su camisa.
El macho procesó la pregunta por largos segundos hasta que finalmente respondió: —Creó que están por allá—
Con su dedo señaló los vasos sin derramar, mal colocados, cerca del público que ansiaba entrar más allá de los límites de paso.
—¡Mis bebés!– Exclamó usted yendo deprisa antes de que cualquier persona los tire por accidente.
Golpeó con varias personas ganando multiples rasguños, pero, sin embargo, logró tomar el café a tiempo. El envase se encontraba ligeramente abollado y algo tibio aunque funcionaba.
