❝Freak┇yandere❞

ᴄ ᴀ ᴘ í ᴛ ᴜ ʟ ᴏ 4

"Estafador (no) profesional"

Un grupo de colegas comían y charlaban tranquilamente en la bodega trasera de una cafetería, para su suerte jefe no estaba esa tarde.

—¡¿Qué quieres decir con que te dio un billete de mil?!– Exclamó Ben mientras aún masticaba de su pizza. –¿Acaso ahora te dedicas a estafar gente?—

—Ojalá... – suspiró con decepción.

—Además, Reader es tan imbecil que ni siquiera podría engañar a su propio reflejo– Argumento Mitch sonriendo mezquino.

—¡Hey!... Aunque es cierto

—Bueno, idiotas. Yo me largo, tengo que ir a revisar unas cosas del taller. Además, – Mitch hizo una pausa mirando su reloj –La loca de Holly va a venir en unos minutos y no quiero hablar con ella—

—¿Pelea de pareja?– Cuestionó Ben agrandando los ojos.

El castaños ignoró su comentario.
—La muy desgraciada se fue a buscar a su ídolo mientras yo intentaba salir de la horda llena de locas. Casi pierdo un brazo ahí.—

—¿Su ídolo? ¿Acaso es algún futbolista o algo así?– Bromeó Reader bebiendo de su soda.

—Para nada, de hecho se trata del sujeto que estafaste...

—¡No puede ser! No solo estafaste a alguien si no a un famoso, ¿Sabes cuántos años tendrá tu sentencia?—.

—¡Callate Ben!– Siseas lanzando una rebanada de pizza a su rostro.

—Se trata del Pianista Darzi Allen– Aclaró Mitch limpiando una mancha de su camiseta. –Según las fuentes, el sujeto toca el piano como los dioses—

—Vaya, que estupidez– Afirmó Reader tirando su soda –Seguramente el sujeto solo quiere ganarse el amor de todos sus fanáticos demostrando lo caritativo que es. —

—Eso aumentaría su popularidad y si aumenta su popularidad, aumenta su plata—

—Aunque la verdad si te hace falta el dinero, Reader– Dice Ben

—Tiene razón... – Confirmó Mitch tirando su servilleta en un tacho. –Pero no dudo que le venga mal un nuevo titular llamado 'Joven Pianista ayuda a vagabundo'—

—Ahí es cuando estaré en todas partes– Sonrió el lector. –Seré famoso y ustedes serán mis perras—

—Sí..., pero primero tengo que dejar de ser la perra de mi jefe.– Gruño Mitch rascando su mejilla–Me voy. Pero volveré, yo siempre vuelvo—

Mitch se retiro dramático saliendo de la bodega dejando al par de amigos que aún devoraban la pizza sobrante. 

Ben le dio una mirada a los trozos sobrante antes de observar a Reader. La lenta ardilla de su cabeza por primera vez en años giró en su rueda.

—¡Come todo antes de que venga la loca!

—¿Mi jefe?– Pensó usted en voz alta.

—No, idiota. ¡Holly!—

—Ah, claro.

Dicho esto ambos comenzaron a devorar las sobras rápidamente dejando un montón de suciedad en el suelo. De repente se escuchó la campana de la entrada, alterando al par de amigos que no terminaban su pizza.

—Carajo, ¿ahora que le hago a esto?– Interrogó Ben refiriéndose a la caja, a lo que el empleado tomó la caja arrojándola por la ventana.

—Amigos, ¿en donde están?

Reader escondió los restos de pizza debajo del escritorio y un sofá viejo, mientras que su compañero arrojó alguno que otro trozo en el techo.

—¡Demonios! ¿¡Por qué no responden?!– Interroga Holly cruzando la puerta encontrándose con sus compañeros que tranquilamente leían una revista. –Pero que mierd-

—¡Holly! Que alegría verte ¿Qué haces aquí compañera?

—Vengo por Reader– Responde obvia la mujer. –Y oigan ¿Por qué huele a pizza?—

—Son los nuevos aromatizantes– Afirma el empleado sonriendo, mirando forzosamente a Ben, el cual de inmediato asintió con la cabeza. 

—Sí, aunque me hubiese gustado más un olor a tacos—

—... ¿Compraron aromatizantes de pizza para una cafetería?

—¡Si! Jefe dijo que es una buena idea para aumentar nuestras ganancias, y de hecho tiene razón. Una persona promedio entrara pensando que vendemos pizza pero luego se dará cuenta que en realidad es una cafetería y entonces no tendrá más opción que comprar un cafe—

—Maldición, ¿cómo no se nos ocurrió antes?– Se cuestionó Ben genuinamente pensativo.

—Tu jefa es muy extraña...

—A veces– Contestas restándole importancia.

Holly suspiro.
—Te espero en el auto

—¡Okey! ¡Adiós, buen viaje!– Se despide el mayor alegremente esperando que la rubia salga de la cafetería. —Deberíamos deshacernos de ella—

—Ben...

—Vale, yo sólo decía...

Mientras tanto, Holly fumaba a lo lejos perdida en sus pensamientos recargada sobre su viejo auto negro esperando a su compañero de vivienda.

Soltando una bocanada de humo noto como un hombre de baja estatura se detenía unos pasos cerca de la cafetería antes de suspirar con tristeza.

—Disculpe, ¿este lugar ya cerro?– Pregunta el sujeto nervioso dirigiéndose a Holly

—Lamentablemente así es, amigo—

—Maldición... – Murmuró el hombre decepcionado –¿Qué le voy a decir a mi jefe?—

Holly enarco una ceja.
—¿necesita ayuda?

El desconocido sonrio forzado levantando ambos pulgares
—No, todo esta bien. Gracias—

—Pero... De casualidad no sabe, ¿A qué hora abren?– Interrogó nuevamente.

—Si, eh. Abrimos a las 7:40—
Responde la mujer algo confundida.

Como si hubiesen encendido un bombillo en la cabeza del hombre, el sujeto sonrió sacando su celular anotando un par de cosas, para después mirar a Holly.

—Genial, ¡gracias de nuevo!

La rubia asintió con la cabeza restándole importancia llevándose nuevamente el cigarro a los labios. Se estaba cansando de esperar.