((HISTORIA EN EDICIÓN))
Parecía ser tan solo otro normal día
de trabajo; las personas discutían, el
café ya estaba frío y empleados como
usted simplemente se dedicaban a lo
suyo, o al menos así era hasta que
repentinamente un apuesto hombre
apar...
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Después de unos largos y fríos minutos con Allen, finalmente, uno de sus asistentes llamó a la puerta informándole que pronto tendría que volver a escena; fue entonces que su antiguo rostro estoico cambió por una sonrisa maliciosa que poco a poco se fue agrandando dándole un aspecto malvado.
-Bueno, supongo que ya será hora de que me marche- Comentó insidioso ajustando su corbata roja. -Fue un placer tenerte como mi invitado especial, aunque me hubiera gustado que te dieran el trato que tanto mereces, a pesar de que ningún Título hace competencia ante tu belleza- Alardeó sonriendo amorosamente -Pero quizá si algún día vienes a mi hogar podría tratarte como lo mereces-
"¿Eso es normal? De un momento paso de ser el 'hombre de las Nieves' a un 'Osito cariñosito" pensaste sin bajar la guardia.
-Gracias, pero no gracias. Por ahora me abstendré de salir.- Dices recordando las nubes grises que se formaron por la mañana.
Su sonrisa cayó tomando una postura cohibida. -Esta bien, pero recuerda que ¡siempre eres bienvenido!- Exclamó abriendo los brazos. -Quien sabe, tal vez mañana podrías terminar viviendo ahí... -
-Espera... ¿Qué?
-Se hace tarde, dulzura. Mejor deberíamos volver- Dijo el azabache saliendo de la habitación. Con inseguridad usted imitó su acción.
-Hey, Allen. ¿Seguimos en buenos términos, cierto?- Cuestionas rascando tu cuello nervioso.
El pianista abrió sus ojos con cierta sorpresa, para seguidamente mostrar una amable sonrisa. -Por supuesto que si, Reader. Lo que menos quiero es tener una discusión por algo tan mundano. - Rió entre dientes. -Si te hace sentir mejor ¿Qué te parece si imaginamos que nada ocurrió?-
"¿Así tan fácil? Todo bien, pero como que algo no cuadra... "
-Yo... Supongo que esta bien- Respondes encogido de hombros.
-¡Fantástico! En ese caso, nos vemosluego- Se despidió para acto seguido retirarse por el pasillo opuesto. Tu estómago se retorció.
Allen definitivamente no era trigo limpio, lo más probable es que tuviera un truco bajo la manga y para cuando se dé cuenta ya estará dos pasos detrás, lo mejor será crear un plan con sus colegas antes de que sea demasiado tarde.
Se detuvo un momento para sacar el celular de su bolsillo notando que había pasado más de 20 minutos con Allen.
Tomaste el mismo camino de regreso a la entrada topándose una sala vacía. ¿A dónde habían ido? ¿Se fueron sin usted? No, en ese caso le habrían enviado un mensaje.
Busco de un lado a otro pero no había ningún; incluso se molestó en preguntar a las personas del alrededor sobre el paradero de sus amigos pero toda respuesta fue negativa.
Después de haber sido regañado por un guardia por causar "desorden público" no le quedó más opción que salir del teatro.
Usted sacó su celular llamando el número de Holly siendo respondido segundos después.
-¡Hola! ¿Qué sucede?-
-¡Holly! ¿En dónde demonios están?- preguntaste mirando las gotas que apenas comenzaban a caer. -¿Acaso a Ben le dio otro ataque?-
-... ¡Ja! ¡Bromeaba! Esta es sólo la contestadora de Holly. Por el momento estoy ocupada, quizás más tarde te devuelva la llamada, o probablemente no ¡adiós!... Agh, ¡¿cómo mierda se apaga esto?!-
"En la... "
-¡Maldita sea tu contestadora, Holly!-
Llamó a sus otros compañeros obteniendo la misma respuesta.
Reader gruño para después alejarse intentando conseguir algún taxi siendo completamente ignorado en el acto; así pasaron varios minutos (o posiblemente horas) empapando sus viejas ropas sin conseguir transporte.
"Moriré sólo y abandonado sin haber conseguido mi trabajo soñado ni mi amor verdadero" pensó Reader con amargura.
-¿Necesitas que te lleve, cariño?-
Que conveniente.
"¿Saben qué? Prefiero morir sin haber conocido el amor verdadero... "
-¿Qué haces aquí, Allen?- Cuestionas mirando al pianista que parecía haber terminado una llamada. -¿No deberías estar en tu costosa mansión tomando champán?- interrogaste sintiendo sus dedos entumecidos por el frío.
-¿Qué cosas dices, cielo?- retiro la mirada de su móvil percatándose de tus prendas empapadas. -Pero... ¿Qué te ocurrió?- preguntó Darzi alarmado.
-Ah, nada. Solo fueron un par de imbéciles que no saben aparcar. Nada grave- Respondes restándole importancia caminando por otro puesto de la avenida.
El rostro de Allen reflejó preocupación. -A este paso vas a tener un resfriado- Se bajo del vehículo acercándose a usted. -Tenemos que ir con un médico-
-¿Qué?- sonreíste forzadamente -¡Amigo, estoy bien! No necesito tu ayuda- Contestaste alejándote de él. -Solo tengo que llegar a mi depar-
En eso, Reader golpea su rostro contra un poste ganándose un desagradable hematoma púrpura.
-¡Santa mIERDA!- Exclamó adolorido.
Mientras que a usted esa escena le hubiera parecido graciosa de no ser porque fue la víctima, para Darzi fue como si hubiera visto una espantosa película de terror.
-¡Reader! ¡¿Estas bien?!- preguntó el hombre asustado precipitándose a tu magullada figura.
-¿Te parece que estoy bien?- Respondes aturdido por el golpe.
-Oh, cariño. Cuanto lo lamento- Se disculpo Allen abrazándole con fuerza. -Dejame llevarte a tu hogar-
"Por un demonio, ¡lo que me faltaba!" pensó Reader retorciéndose mientras Allen le cargaba al estilo nupcial con sus fuertes brazos entrando al vehículo.
