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Hwa Hwa había enviado un mensaje para verse luego de clases, pero Mean no podría asistir. Las clases eran irregulares y así como tenía tres días libres podrían programar una semana con jornadas mayores a doce horas. El joven estudiante de música dejó su trabajo en la tienda de instrumentos y dejó de dar tutorías gracias a ello. Odiaba perder su entrada de dinero, pero tenía que hacer sacrificios. Su novia parecía no entender porque ya no tenía tiempo como en el instituto.

—Mean. — su compañero de clase susurró a sus espaldas, alargando las vocales cada que decía su nombre—. Mean.
Ignoró al joven molesto.
—Mean.
“Solo…ignóralo”
—Oh, así que soy invisible. Increíble, debo usar este poder para el bien. — el joven que era tan alto como extraño habló con un tono juguetón.
Suspiró y se giró al joven conocido que deseaba no conocer. — ¿Qué ocurre?
El joven de bonitos hoyuelos le sonrió. — ¿Hiciste la tarea?
Levantó una ceja. — ¿Era eso? — la sorpresa en la voz de Mean fue evidente—. ¿Has estado llamando por diez minutos por ello?
Asintió.
—La hice.
—Yo también. — y se sentó normalmente de nuevo.

Mean se giró hacia el frente, queriendo levantar las manos en señal de clara duda, pero no lo hizo. Hacía un par de días que las clases habían comenzado y rápidamente supo que el estudiante a sus espaldas sería una piedra en el zapato. Alto, de buena contextura, rostro de bebé y sonrisa adorable adornada con hoyuelos marcados. El guitarrista era un cantante fabuloso y por alguna razón Nanon se había encaprichado con él. Nunca sabía que era lo que el joven diría, y aunque lo negase le daba curiosidad lo que diría cada que este le llamaba. Lo ignoraba para no involucrarse en la locura, ya tenía tres ardillas locas y hermosas con las que debía lidiar, una novia que lo atosigaba y no estaba seguro de agregar a un joven tan impredecible.

—Mean. — escuchó de nuevo y evitó sonreír—. Mean.
Levantó la cabeza, en señal de que le escuchaba, pero no giró hacia el joven.
— ¿Quieres ir a conseguir un emparedado matutino?
—Son las doce del mediodía.
Escuchó un suave resoplido. — Detalles ¿Te apetece?
Por un momento realmente lo consideró, pero al final le rechazó. — Quizá en otro momento.
Suspiró audiblemente. — De acuerdo.

Su atención regresó a la clase, escuchando a la profesora dar su interesante lección. Mean adoraba su elección de carrera, era todo lo que le apasionaba y sus padres lo apoyaban por completo. La jornada por fin terminó y al salir de la clase estiró la espalda y escuchó como crujía de forma no natural. Encendió su móvil ya que lo apagaba al ingresar en sus salones. Dio un respingo cuando el aparato se volvió loco. Observó el más treinta del chat con su novia ¿Quería abrir la aplicación de mensajería? No, seguramente podía vivir feliz sin conocer el contenido de ello.

Condujo el automóvil familiar rogando que no se ahogase. Su móvil sonó ¿Planeaba responder? No, seguiría ignorándolo. Era tarde en la noche para cuando por fin llegó a casa. Entró silenciosamente a una oscura vivienda, haciendo la rutina nocturna a oscuras para evitar despertar a sus hermanitas. Su corazón se quebró un poco al no ser recibido por sus tres ardillas. Hacía tan solo unos meses llegaba temprano a casa, justo a tiempo para darles una merienda que su madre se quejaba que no era sana. Cerró la puerta del refrigerador y colocó sus ingredientes sobre la isla de la cocina.

—Mean.

Y en ese preciso momento el joven estudiante de música que tenía un futuro por delante y una vida buena por venir, tuvo un ataque cardiaco. Logró contener un grito y buscó la fuente de la voz pero no lo encontró, hasta que bajó la mirada y se encontró a la menor de la casa vestida con su enterizo de conejo. Tomó a su hermanita en brazos y esta se frotó los ojos mientras bostezaba.

— ¿Qué haces despierta mi niña?
Puso su dedito sobre sus labios. — Me quedé despierta luego de que mami saliera de mi habitación. Quería esperar hasta que vinieras.
Mean estaba enamorado, su corazón recibió una inyección de dulzura que revitalizó a su alma. — ¿Quieres un bocadillo de media noche?
La menor asintió con entusiasmo.

1.2 - Pink Hair - MeanCanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora