—¿Felix?
—¿Mhm?
—Cuando decís que sos de Australia, ¿qué significa en realidad? —preguntó Chan.
No había dejado de pensar en eso desde que él se lo había revelado unas noches atrás.
—Fui hecho en Australia. Eso significa —respondió el rubio luego de unos largos minutos de reflexivo silencio.
—O sea que tu autor, Yongbok, está en Australia.
—No —contestó de manera cortante. Chan, como buen empático, presentía que algo en la relación entre artista y obra no iba del todo bien—. No sé dónde está. Luego de firmar el cuadro no volví a verlo. Mejor así, era insufrible.
—¿Y no sabés nada de él?
—¿Por qué querría hacerlo? Ni siquiera tuvo el valor de verme cuando me finalizó. Fui la obra que más detestó. Podía sentirlo mientras me pintaba, con la mano pesada y cargada de prejuicios. No, no quiero saber nada de él.
—Es como un Dorian Gray al revés —dijo Chan, más para sus adentros que para el exterior. Felix de todas formas lo escuchó y curioso inclinó hacia un lado la cabeza.
—¿Quién es Dorian Gray? ¿Es tu amigo?
Algo en el tono azulado de la voz de Felix hizo que una sonrisa naciera en la cara de Bang Chan.
—Es el personaje de un libro —explicó, desde la puerta de la entrada pudo ver cómo los hombros de Felix se hundían aliviados—. Dorian Gray era un joven que un día fue retratado. Se enamoró y obsesionó con ese retrato a tal punto que dio su alma para mantenerse igual a él. A partir de ese momento, quien envejecía y cambiaba era el cuadro, no el humano.
—Oh. Parece interesante —dijo Felix al aire, como quien no quiere la cosa.
—Puedo prestarte una copia si querés leerlo.
Felix hizo silencio. Bajó la mirada al piso y la dejó vagar por las marcas en las baldosas. Chan supo que había metido la pata, pero no supo cómo hasta que una lamparita se prendió en su cabeza.
—¿No sabés leer? —preguntó. Felix negó con la cabeza una sola vez, tímido—. No hay problema, puedo leértelo. Reconozco que no es el libro más apto para leerle a alguien a quien querés...
Se calló de repente. ¿Qué quería hacer? Quería impresionar a Felix, eso era obvio. Pero ¿por qué? Chan pensaba que no había una razón justificable para eso.
Felix simplemente se rió. Y en ese dulce sonido, Chan, por un segundo, creyó encontrar la respuesta a todas esas preguntas.
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El chico del cuadro azul // CHANLIX
FanfictionTal vez lo único que Bang Chan necesitaba para ver más allá del blanco y negro era un extraño de mirada triste. ------------------------- ACLARACIONES: - Es una historia con capítulos cortos, aún no finalizada. - Tiene modismos argentinos. Si hay al...