Capítulo 15

24 4 0
                                    

Bang Chan nunca olvidaría la última noche de Agosto.

Cuando llegó al museo, vestido con su uniforme, silbando una nueva melodía por lo bajo, con su típica sonrisa, no tenía idea de nada. No estaba preparado para el primer golpe.

Changbin le dio la noticia como quien no quiere la cosa, como un comentario al azar durante el descanso. Esa noche se habían tomado unos minutos para ellos tan solo una media hora antes de finalizar el turno.

—¿Oíste lo de la sala rara de tu piso?

—¿Mm? ¿Qué cosa?

Su corazón, sin que él supiera por qué, había comenzado a latir rápido. Cada vez más rápido.

—Van a quitar la colección.

Su mundo se vino abajo. Todo comenzó a derrumbarse frente a sus ojos. No. No podía ser cierto.

—¿A qué museo la van a llevar? —preguntó esperanzado.

—Por lo que escuché, a ninguno. La retiran oficialmente. Alguien compró los cuadros.

—¿Qué? ¿Quién? ¿Por qué?

Chan estaba desesperado. No podía ser. No. No. No.

—Creo que el hijo del artista. Preguntale mañana al señor Choi antes de que se lleven todo.

—Ah, sí —dijo distraído. Su cabeza ya no estaba en esa sala, estaba en otro lugar, en otro piso—. Tengo que irme Bin, nos vemos más tarde.

Changbin no llegó a saludar a su amigo porque ya había desaparecido entre los pasillos. Alzó los hombros e hizo una mueca antes de volver a su puesto. Cada quién con sus problemas, pensó.

Las piernas no le daban más a Chan, pero él siguió corriendo. Cuando llegó a su sala, Lixie estaba esperándolo.

No había tristeza, no había lágrimas, no había dolor en su semblante. Felix le sonrió como todos los días, con dulzura y gentileza, con la suavidad que solo el amor podía brindar. Su expresión no cambió cuando un destrozado e incrédulo Bang Chan cayó frente a él.

—Por favor, no me digas que es cierto —rogó. Felix no dijo nada. Los sollozos por parte de Chan no tardaron en llegar—. Por favor...

Christopher —la voz grave de Felix lo sorprendió. Chan no podía mirarlo, le dolía—. Christopher, lo hiciste muy bien. Estoy tan orgulloso de vos, mi vida.

—No me hables así —pidió Chan—. No me hables como si no me fueras a ver más.

—Fue un largo recorrido, ¿no te parece? —continuó Felix, ignorando el llanto de Chan—. Debés de estar cansado.

—Felix...

—Sé que teníamos muchas cosas para hacer aún, pero también teníamos los días contados, Chris. Siempre voy a estar encantado y agradecido de haber coincidido con vos, aunque haya sido por este período de tiempo tan corto.

—Puedo arreglarlo, Felix, por favor.

—No, mi amor, no podés arreglarlo —dijo Felix. La voz grave se suavizó, llegando a oídos de Chan como una caricia dolorosa—. Ya estaba escrito desde el principio.

—¿Así que eso es todo? —Chan preguntó, enfurecido de repente— ¿No vas a hacer nada para evitarlo?

Felix rió, clavándole un puñal directo al corazón a Chan.

—No, no hay nada para hacer. Solo nos queda aceptar que esto nunca estuvo en nuestras manos, somos obra de un destino maldito.

—No lo creo, Felix. Algo podemos hacer, podemos encontrar la forma.

El chico del cuadro azul // CHANLIXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora