Se abren las puertas del ascensor y estoy de nuevo en el salón. He hecho un gran esfuerzo por no ponerme a llorar y lo voy a seguir haciendo hasta que llegue a casa. No sé la razón por la que necesito llorar, sólo quiero desahogarme. Me abro paso entre la gente y unos pasos antes de llegar a la recepción noto que alguien me coge del brazo, frenándome. Me da la vuelta y veo a Harry mirándome con una expresión, si le conociera, de arrepentimiento y enfado al mismo tiempo.
-Señorita, lo siento mucho, no debería haber hecho eso, no es digno de un caballero. Lo siento, perdóneme -coge mi barbilla alzándomela y obligándome a mirarle a los ojos.
-Sabía que esto no iba a salir bien, lo sabía -cierro los ojos y me muerdo el labio mirando hacia abajo intentando disipar el nudo de mi garganta-. Quiero salir de aquí, vaya usted con el ministro que le necesita, yo me cogeré un taxi -le miro a los ojos y hago una lucha interna contra mis lágrimas para que ahora mismo no resbalen por mi cara.
-No no, el ministro puede esperar, ahora lo importante es usted. No quiero que se vaya por favor... No la tocaré, no le haré nada que usted no desee y me aseguraré de que nadie diga nada sobre lo ocurrido -hace una pausa-. No podría permitir que se fuera.
Habla serio pero lento y suave, saboreando las palabras.
-No ha sido una buena idea venir aquí -trago saliva.
-Ha sido culpa mía, lo hubiéramos pasado bien si no llego a traspasar los límites -levanta su mano y seca un lágrima al borde de desbordarse por mi cara con el pulgar-. No llore, no aguanto ver a la gente llorar y menos a usted.
Miro hacia el techo intentando tragar las lágrimas, y asiento resignándome y mirando al suelo. De pronto me veo envuelta en sus brazos, sintiendo ese calor tan familiar, mientras me acaricia la espalda para tranquilizarme.
-Tranquilícese, todo va a estar bien, respire -inclina la cabeza y me regala un suave y dulce beso en el cuello.
Intento respirar normal y tranquilizarme, así que me separo unos milímetros y agarro las solapas de su chaqueta, cerrando los ojos e intentando recobrar la compostura.
-No me iré hasta que se tranquilice, el ministro puede esperar.
-Estoy...estoy bien no se preocupe -me aparto intentando mostrar una leve sonrisa.
-¿Segura? No me gustan las mentiras -me coge de la cintura juntando su frente con mía. Puedo notar su respiración acompasada en mi boca.
-Sí, segura -asiento.
Me acerca más a él destruyendo el poco espacio que nos separa y presiona mis labios con suavidad besándome dulcemente, y al sentirme más relajada y totalmente perdida en sus labios, le correspondo enredando mis manos en sus rizos y moviendo mis labios al compás de los suyos.
-¿Mejor? -dice separándose y sonriendo.
Me acaricia la mejilla.
-Vamos dentro, ha hecho esperar al ministro, considérese importante -ríe.
Río ante su comentario y le cojo del brazo, intentando mantener la compostura a pesar de todo. Llegamos a donde está el ministro y parece algo cabreado, a juzgar por su expresión.
-Señor Styles llevo esperando treinta minutos.
-Perdón, tenía cosas importantes que hacer. -Se disculpa Harry.
-¿Más que hablar con el primer ministro?
Harry gira su cabeza y me mira, creo ver un destello de dulzura en sus ojos.
-Supongo que sí.
-Da igual, escúcheme, hay prensa esperando fuera, quieren saber sobre los asesinatos.
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Shoot Me
Romance"Él, que sólo quería acostarse con ella, acabó por verla dormir. Terminó por secar sus lágrimas, escuchar sus problemas y yendo a recogerla después del trabajo. Él, que sólo quería tocar su cuerpo, acabó por llevarla de la mano por la calle. Él, que...