Capítulo 11

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Siento de verdad no haber subido capítulo, he estado realmente ocupada y no he tenido nada de tiempo. Espero que os guste este, y enseguida habrá otro para compensar el tiempo perdido. Disfrutadlo :)

¿Qué?

Esto no puede estar pasando. Debo de estar soñando, seguro. Quiero pellizcarme el muslo para comprobar que esto es un sueño, pero estoy paralizada. Y el corazón me late tan fuerte en el pecho que es imposible que esto no sea real. No habrá terminado la frase, habrá querido decir "te quiero follar", o algo así. O simplemente es que está borracho. Sí, es eso. Está borracho y no sabe lo que dice. Mañana no se acordará de nada. Sigue mirándome, aún no se ha tumbado del todo, así que parece que espera una respuesta.

-Y yo también a tí.

Intento no darle más importancia. Pero no puedo. Sé que ha sido porque estaba borracho, pero me cuesta dormirme, así que no lo consigo hasta bien entrada la madrugada.

A la mañana siguiente me despierto y está abrazado a mí. Me levanto sin despertarle, y me empiezo a vestir. Hoy hace frío, así que decido abrigarme. Me pongo una camiseta negra con una falda de cuadros rojos estilo escocés, una chaqueta de cuero negra, unos calentadores que me llegan por encima de las rodillas, una bufanda y gorro negro y unas Adidas. En mi cabeza no dejan de resonar esas dos palabras. Sonaron tan bien pronunciadas en su boca... lo que daría porque realmente las sintiera. Salgo de casa, y vuelvo al cabo de unos minutos con pan y donuts. Hace una fresca pero bonita mañana de domingo. El cielo está nublado, pero como casi siempre aquí. Llego a casa, desayuno, y le preparo el desayuno a Harry. Pongo un donut, una tostada calentita con mantequilla y un vaso de leche caliente. Mejor que el café para la resaca. Lo pongo todo en una bandeja y se lo subo a la habitación. Como si fuera mi novio. Como si fuera algo mío. Ruedo los ojos y suspiro ante mi pensamiento.

Cuando llego, dejo la bandeja en la mesilla y me siento en la cama, observando cómo se despierta. Es como ver a una rosa abrirse para recibir la luz del sol. Si él supiera que toda la luz del sol la tiene él...

-¿Qué hora es? -Me pregunta, después de haberme sonreído, con esa voz suya ronca tan característica de cuando se despierta.

-Las once.

-Me duele todo -se lleva las manos a la cabeza.

-Normal, con la borrachera que se cogió anoche...¿recuerda algo?

-Sí, bueno, algunos detalles. ¿Hoy no trabajas?

No sé en qué momento nos hemos empezado a tutear, pero me gusta. Oh, sí que lo recuerdo. Anoche, cuando me dijo que me quería. Suspiro.

-Hoy es domingo, Harry. -Sonrío dulcemente.

-Ah -sonríe.- Dios, qué dolor...

-¿Quieres que te haga un masaje? -Pregunto sin pensármelo.

-No estaría mal. -Sonríe, y mi corazón salta en respuesta.

-Ahora si quieres te lo hago, pero antes te he traído el desayuno y se te va a enfriar.

-Como quieras. ¿Hice algo anoche fuera de lo normal?

-No... -dudo unos segundos- no. -Niego con la cabeza.

Se queda en silencio unos segundos, simplemente observándome.

-Gracias. Tengo hambre.

-Mira, te he traído un vaso de leche caliente. -Pongo la bandeja en la cama con cuidado de no tirar nada. Me pongo el pelo detrás de la oreja y sonrío.- Y he ido a comprar, entonces puedes elegir entre donut o tostada calentita, o las dos cosas. Como prefieras. -Miro la bandeja, tímida, porque no paro de oír sus dos palabras que se repiten en mi cabeza, y escondo la barbilla y la boca en la bufanda.

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