Tan cerca.
Justo cuando sus labios se acercaban a poseer los míos, su móvil suena. Parece de película...¿cómo puedo quedarme así?
-Perdone, debo contestar -se aleja.
Mierda.
-No pasa nada -llevo mis manos a los bolsillos traseros de mi pantalón y bajo la mirada decepcionada-. Estaré en la cocina. -Sonrío levemente y salgo de la habitación haciendo una mueca de disgusto.
Bajo a la cocina y me pongo a hacerme un té. Nunca había conocido a una persona así. Tan frustrante, tan brillante, tan misteriosa, tan intensa... Cada segundo con él es como estar rodeado de fuego, cada segundo más abrasador, no sólo por el calor que desprende, si no porque va arrasando por donde pisa, y es tan abrumador... Todo el rato tengo ganas de besarle y esto no me había pasado en mi vida, es como una adicción. ¿Debería asustarme? ¿Cuántas horas he pasado con él? No sé si es el destino o ha sido casualidad... Pero doy gracias a Dios porque sea él el que investigue el caso de mi secuestro. Necesito su presencia, es algo que me persigue, que está dentro de mí... Y lo más preocupante, es que todos estos sentimientos salgan a la luz habiéndolo conocido ayer. Me empiezo a beber el té, que me sienta de maravilla. Al cabo de unos minutos baja muy nervioso y estresado, y me dedica una mirada cargada de...¿enfado? ¿Furia?
-Me tengo que ir, en una hora estoy de vuelta. Lo siento, es algo urgente, ahora le veo preciosa -suelta alterado mientras atraviesa el salón dirigiéndose a la puerta. ¿Se va sin desayunar?
-Hasta luego.
Al fin sola. No es que no me gustara estar en su compañía, todo lo contrario, quiero estar a su lado todo el tiempo. Pero necesito estar sola para pensar. Ese hombre no es de este mundo, y lo peor es que ya hemos estado a punto de besarnos tres veces. Me siento en la encimera tomándome el té, intentando relajarme. Es sábado y no tengo nada que hacer, así que llamo a mi mejor amiga, Nina Johnson, o Nina a secas, como la llamo yo, para entretenerme.
Estoy bastante tiempo hablando con ella por teléfono y en un momento determinado, llaman al timbre. No le cuento nada de Harry, no por ahora. Abro la puerta sin dejar el teléfono y es él. Le miro de arriba a abajo mientras él me dedica una perfecta sonrisa donde se ven sus cuidados y blancos dientes. Me aparto de la puerta para dejarle pasar y me despido de Nina poniéndole una excusa mientras Harry entra en casa cerrando la puerta. Atraviesa el salón y se dirige al sofá, sentándose en él. Cuelgo.
-¿Quién era?- pregunta.
-Una amiga, no tenía nada que hacer y la llamé para hablar un rato con ella.
-Perdone por interrumpir así a su amiga y a usted. Es la primera noche que duermo un poco después de muchas y no he desayunado... estoy hecho un lío -se lleva las manos a la cabeza apoyando los codos en sus rodillas. Parece...desesperado.
-No pida perdón...-frunzo el ceño y me dirijo a la cocina- No debería implicarse tanto en su trabajo, debe conocer los límites -me pongo a prepararle un café y dos tostadas. No sé, algo dentro de mí ha tenido la necesidad de prepararle el desayuno. Se lo llevo y me siento a su lado en el sofá.
-Gracias -me sonríe-. Los conozco, llevo años en esto aunque parezca mentira, mi padre también era detective.
-Aunque los conozca no parece respetarlos... no descansa. No quiero que no duerma por investigar mi caso ni ninguno.
-Hay vidas en juego, compréndalo. Acaba de haber otro asesinato y van cuatro con este, esto no puede seguir así -bebe elegantemente un trago de café.
-Lo entiendo, pero si no se cuida al final el que va a acabar mal es usted -le miro preocupada-. Investigue todo lo que quiera, pero durante un horario normal.
ESTÁS LEYENDO
Shoot Me
Romance"Él, que sólo quería acostarse con ella, acabó por verla dormir. Terminó por secar sus lágrimas, escuchar sus problemas y yendo a recogerla después del trabajo. Él, que sólo quería tocar su cuerpo, acabó por llevarla de la mano por la calle. Él, que...