𝐋𝐎𝐕𝐄 𝐆𝐑𝐎𝐖𝐒 || "El amor crecerá y las heridas sanarán"
Ella solo quería devuelta a las personas que perdieron en esta dura batalla, matar a Negan y estar todos felices, como era antes. Él había visto a toda su gente ser asesinada, pero aún...
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𝐋𝐎𝐕𝐄 𝐆𝐑𝐎𝐖𝐒 ꒰ ۫₊˚ɞ chapter five .˚ׅ🏹 ຊ ҂ ❝ what comes after ❞
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Tome al pequeño Hershel en mis brazos, mientras hablaba con él en la mansión y aunque sabía que no podía entenderme, aún así lo hacía.
—Algún día crecerás y serás muy, muy feliz— sonreí cuando balbuceo —Vivirás en Hilltop y tal vez hasta seas nuestro líder, ¿te gusta esa idea? A mi también, ¿ya viste eso? Se les llama gallinas, son bonitas, pero no te acerques demasiado o podrían morderte un dedo, podrían despeinarte con sus alas mientras caes al suelo y todas parecen reírse de ti.
—¿Está basado en hechos reales?— me giré a Maggie, quien reía.
Encogí mis hombros —Sí, lo es.
—Es hora de irnos— me indicó ella haciéndome formar puchero.
—Pero no quiero dejar a este bebécito lindo— besé incontables veces sus gorditas mejillas, haciéndolo quejarse.
—Cuando volvamos podrás tenerlo todo el día si quieres— dijo, antes de despedirse de él, cuando la mujer que lo cuidaba llegó.
Asentí rendida, saliendo junto a ella de la mansión, me coloque el arco en la espalda mientras intentábamos ser lo más casuales posibles, miré a mi alrededor y saludé a Alden con la mano y una sonrisa que devolvió.
—Cúbreme— musitó Maggie y obedecí cubriéndola con mi cuerpo y vigilando al mismo tiempo.
Me giré de nuevo —Maggie.
—Santa madrecita de las ardillas— me sobresalte cuando Jesús se acercó.
—No sabía que habían vuelto del campamento— dijo él.
—Llegamos esta mañana— le contestó Maggie.
—Acaba de llegar otra carta de Georgie, iba a dejarla en tu escritorio pero aquí estás.
Ella suspiró —¿Puedes dejarla en el cajón junto a las otras? Luego la leeré.
Asintió y se quedó mirando a ambas, sabía que él ya sabía o sospechaba lo que estábamos a ir por hacer.
—¿Ya van a regresar?— nos preguntó.
—Solo vinimos a buscar algunas cosas— le dije.
—Entre ellas, una barreta.
Infle mis mejillas sin saber que decir.
—Haces un buen trabajo cuidando todo aquí, te pido que lo sigas haciendo— dijo la ojiverde antes de seguir su camino, a lo que la seguí.
—Mientras ambas van a otro sitio que no es el campamento— insistió siguiéndonos.
—Iremos a corregir las cosas, tal como lo hablamos.
