-Por favor, bajad eso. -Supliqué por cuarta vez gritando, ya que no se me oía.
-¡Oh vamos, nena! ¡Diviértete! -Gritó eufórico Michael, mientras saltaba en el sofá.
Tapé mi cara, para a continuación tapar mis oídos y seguir "concentrándome". La música estaba a tope, en cualquier momento los altavoces iban a estallar. ¡Quería concentrarme! Quería repasar para cuando llegara al instituto, me resultara todo un poco más fácil. Pero con estos chicos es imposible.
-Por favor. -Volví a suplicar.
-¡Diviértete! -Gritó Calum.- ¡Estás amargada, chica!
Ya empezamos.
-¡Si soy una amargada por querer estudiar y ser alguien en un futuro, sí, lo soy! ¡Tú ni siquiera tienes el graduado de la E.S.O! -Grité para que me escuchara.
-¿¡Para qué!? ¡Míra todo lo que tengo!
-¡Esto no durará para siempre, Calum!
Luke, Michael y Ashton ya no bailaban. Nos miraban concentrados. Estas mini peleas siempre acaban mal.
-Sí, claro. -Luke apagó, la música.
- Sí, claro, ¿qué? Sabes que llevo razón.
-Oh, claro. Disculpe señora sabionda. -Volteó sus ojos.
-Eres un inmaduro.
-Y tú una zorra.
Se hizo un nudo en mi garganta. Los chicos abrieron sus ojos como platos mirándo a Calum y luego me miraron a mí, para ver lo que hacia. Miraba a Calum alucinada. Nunca habíamos llegado a este extremo. Es... la primera vez que ocurre algo así. Agaché la cabeza.
-Está bien. -Cerré el libro de un golpe y me levanté. Cogí el libro y salí de la habitación dando un portazo.
Mis ganas de llorar eran terribles. Nunca pensaría que llegaríamos a este extremo. Y menos Calum y yo. Siempre estábamos unidos, juntos, mi mejor amigo, siempre podía contar con él. Pero desde que son famosos, a cambiado, muchísimo.
Siempre nos peleamos por tonterías pero, hoy se a ido de límite.
Abrí la puerta de mi habitación, secando algunas lágrimas y tiré el libro a la cama. Estaba decidida, ahora sí que me vuelvo a Sydney.
Saqué la maleta de debajo de la cama y comencé a meter ropa. Mis ojos se nublaban, haciendo que se me nublara la vista. Paré de meter ropa y me senté en el suelo, apoyando la espalda en la cama y tapé mi cara para seguir llorando.
Dos toques leves dieron en mi puerta. Luke.
-Luke, por favor, vete... -Suspiré mirándo al techo.
-Venga Mac, por favor... -Dijo con suavidad.
-Por favor, Luke. Ahora no.
Él suspiró.
-Está bien... llámame.
-Sí, tranquilo...
-Te quiero.
Suspiré y miré al frente.
Cómo ha cambiado todo... Nunca me veía aquí, en esta posición, en este momento y en esta situación. Y menos con Calum.
¿Quién imaginaría que tu mejor amigo se volviera un puto gilipollas, mujeriego e irritante? Nadie.
Volví a levantarme a seguir haciendo la maleta, al terminarla la volví a guardar bajo la cama y me dirigí al baño. Miré mi rostro en el espejo, lavé mi cara y cerré los ojos. Sequé mi cara y suspiré. Cogí mi móvil y salí de la habitación.
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Fame. (C.H.)
Hayran KurguLa fama puede cambiar a personas. Y la fama cambió a Calum Hood.