1 mes más tarde. Veinte días antes de la coronación real.
Emberlyn Walsh
A pesar de que me he enjuagado y bañado, el olor a canela del príncipe sigue en mí. Mis papás me hablan para cosas puntuales y en el fondo están furiosos porque no lo maté. No me han dejado ir al colegio, ni siquiera salir a pasear, no pueden acusarme, porque yo podría decir la verdad, una verdad truncada, por supuesto.
Ellos tienen la idea que se fue corriendo después de haberlo acuchillado, no que tuve relaciones sexuales con él y no quiero que lo sepan. Me hago un ovillo en mi cama, no puedo procesar todo lo que pasó ese día, sí, me gustó, sí, no nos hemos hablado, y sí, no he salido en un mes y sí, hace visitas al pueblo, pero nunca a mi casa.
Alguien toca la puerta.
—Pasa.
Mis papás entran a la habitación con caras cómplices, lo que me hace mirarlos con extrañeza, algo traman.
—Tu amiga ha venido.—dice mi papá, y me sorprendo no verlos molestos por juntarme con una humana—Ha traído los apuntes de la escuela.
Lo entiendo, ella ha mentido para entrar a mi cara, me da una minúscula sonrisa que no respondo. Estos últimos días no los he pasado de maravilla, mucho tiene que ver el encierro, pero también siento que me estoy muriendo, tal vez porque fui tocada antes de la edad, mi cabeza da vueltas y vomito después de comer lo que sea. Todo mi cuerpo duele como si hubiera hecho un montón de ejercicio.
—Antes de dejarlas, queremos decirte algo.—anuncia mi mamá, con emoción palpable. Se miran y me sonríen, al mismo tiempo gritan: —¡Tendrás un hermanito!
Tal vez sea que me estoy siento muy mal, que solo puedo decir un débil "yei", no se me pasó nunca tener alguien con quien compartir mis cosas. Ellos sonríen aguardando mi reacción, no se porque hay tanta emoción, nunca los había visto tan emocionados conmigo. Y tal vez se deba a que soy una desgracia para ellos y quieren tener un reemplazo, que sí pueda cumplir con lo que le piden.
—¿Algo más?—inquiero con desdén. Y de esta forma me estoy volviendo una odiosa, y no sé por qué.
Ambos se miran la cara, sin saber cómo responder. En mi defensa, ellos me ignoraron primero.
—¿No estás un poco emocionada?—pregunta mi mamá, intentando sonreír.—Nos queda 5 meses para conocer al nuevo palomo.
Kamila se acerca un poco más y deja sus cuadernos en mi escritorio con disimulo. Se apoya.
—La verdad tengo una pregunta—admito—¿Cómo se hacen los bebés?
—No es algo que una señorita como tú, deba saber—aconseja mi papá con altivez—Quedate con la parte que en cinco meses más nacerá tu hermanito.
Dicho esto, salen de mi habitación dándole una sonrisa a mi amiga, a mi ni me miran y yo tampoco. No estoy dispuesta a sonreírles cuando ellos me miraron mal por semanas por oler a canela. Creo que me he acostumbrado a ese olor.
—¿Estás muriendo?—consulta mi amiga una vez que hemos escuchado a mis papás bajar las escaleras.—Porque eso parece.
Se sienta al filo de mi cama mientras yo agarro una almohada y la abrazo, estoy muriendo.
—Estas con unas ojeras...—chista—Y esa cara que...
No la dejó terminar porque pongo una mano sobre mi boca y con cara asustada, me dirijo lo más rápido al baño, dónde vómito desmesuradamente. Cómo si hubiera comido un montón, pero no hay nada, solo un estómago adolorido por esto.
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La Corona Maldita
Teen FictionEl mundo estaba en devastación cuando un mago creó ValleyMoore, cuatro especies convivían juntas, palomas/humanos, elfos, sirenas y brujas. La paz acaba cuando el mago muere y todos comienzan a pelearse para asumir el trono. Después de mucha sangre...