La Corona Maldita

12. El pedido que entregué mal...Muy mal

Regla n°08 Las mujeres de ValleyMoore no tendrán conocimiento sobre relaciones sexuales y consecuencias hasta los 21 en caso de palomas y 18 en caso de sirenas, brujas y elfos. Los humanos dependen de ellos mismos, esta regla no aplica.

Ezekiel Gwinthyreast Vizconti

El castillo se ha vuelto un lugar caótico y turbulento. Faltan veinte días para la coronación y para mi "supuesta" boda con sabe mi madre quién, y el castillo es un lugar donde ya no se puede vivir tranquilo.

—¿Me permite leerle su agenda, Su Alteza Real? —inquiere mi secretario.

Me doy la vuelta en mi cama, tapándome con la almohada. La luz entra por la cortina que sin pedir permiso los trolls abrieron para mí. Que crueldad. Un príncipe debería dormir todo lo que él quiera, no lo que los deberes le ordenen.

—¿Señor? Sus hermanos están despiertos desde las cinco de la madrugada, dé gracias que usted ha podido dormir hasta las ocho.

Sí, muchas gracias. Saco mi almohada y me siento con mis ojos entrecerrados por la luz. No respondo nada, pero lo miro con apremio.

—Bien, a las 8.30 lo llevarán al colegio, tiene 15 minutos para alistarse. —empieza la horrible voz de mi secretario. —A las 2.30 lo esperan en el orfanato "Caring", a las 3.30, su presencia será bien vista en las asambleas con las gerentes de cada pueblo, se le pide puntualidad—ruedo los ojos—4.30 se le verá en la apertura de tierras dónde trabajarán agricultores de trigo, a las 5.30 dará el comunicado oficial sobre su coronación, día y hora. La señorita Gabrielle ha pedido su presencia en un anfiteatro desde las 7 a las 8. Para finalizar, a las 9, la reina lo espera para una cena familiar.

—Bien, gracias, puedes retirarte ahora me quedan 10 minutos por tus ganas de molestar mi día con estrés.

Me levanto de la cama, dirigiéndome al baño. Al salir me encuentro con mi jugo de naranja mañanero, un plato lleno de frutilla y huevos.

—De hecho, me demoré 30 segundos en decir aquello. Usted se ha demorado 3 minutos en salir del baño y venir hasta aquí. —me muestra su reloj de bolsillo.

—Muérete —mascullo.

***

Hace mucho que no venía al colegio, porque me contrataron un profesor particular, que me explicó como ser un buen rey. Patrañas. Los elfos, parte de la nobleza, hacen una pequeña reverencia, ignoro todo y me dirijo con mis amigos.

—Tengo toda mi agenda ocupada. —les informo a mis amigos. —El maldito de Edel llenó toda mi agenda.

—¿Y cuándo no la has tenido?—pregunta Eleazar.—Hasta creímos que habías muerto.

—Ni creas, ah. Morí cuando me enteré que iba a ser rey.

—No puede ser tan malo, Ez—comenta mi otro amigo Gaspher.

Eleazar es bajito, tiene ojos amarillentos y un cabello color bronce. Sus orejas son mucho más puntiagudas que las mías y sus ojos también. Gaspher, tiene ojos marrones y cabello largo color blanco. Él no me es bajo, pero no me alcanza.

—Si eres rey, podemos subir de nivel.—dice Gaspher y le da choca su mano con la de Eleazar.

—¿Qué nivel, mierdas?—inquiero—Si ustedes no tienen nada de nivel.

Ambos se vacilan y abuchean. Pienso decir algo gracioso, pero Eleazar me detiene con algo que me atemorizaba escuchar.

—Gabrielle a la vista, Gabrielle a la vista.