19°NA

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HOSEOK

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HOSEOK

Llegamos al restaurante justo a tiempo donde los Kim nos esperaban para la cena. Después de que Tae estacionara y apagara el motor, respiró hondo y miró desde su asiento hacia mí. Luego se estremeció.

-Maldita sea, te ves bien en eso. ¿Estás seguro de que no tenemos tiempo para...? -Aplasté mi mano sobre su boca para que se callara. Entonces agarré su otra mano cuando empezó a colarse por mi muslo y bajo la tela de mi short.

-Voy a pasar por alto el hecho de que acabas de pedirme tener sexo contigo
justo antes de conocer a tus padres, y te voy a dar una oportunidad de comportarte. -Sonriendo, sacó mi mano de su boca.

-¿Y cómo diablos esperas que me
comporte cuando te ves tan jodidamente comestible? ¿Y hueles tan jodidamente increíble? -Tuve que reprimir una sonrisa, porque, bueno, no había sido capaz de apartar su mirada de mí, excepto tal vez desde que me recogió, para ver donde estaba conduciendo de vez en cuando. Era bueno saber que todos mis esfuerzos
para arreglarme y verme bien habían dado sus frutos. No me vestí así desde...
sí, no quiero pensar en nada que tuviera que ver con Choi Minho.

-No me puse esto para ti. -Le golpeé la mano cuando resistió mis esfuerzos por dejarlo ir más arriba en mi pierna-. Trato de impresionar a tus padres. Quiero verme... presentable. -Sus dedos se detuvieron en mi muslo, su piel estaba tan cálida que casi me quemó. Con los ojos perdidos de brillo por las bromas, sacudió la cabeza.

- ¿Presentable? -murmuró como si la palabra fuera ajena a él-. Jesús, Hoseok. No tienes que preocuparte por eso. No importa cómo te veas. Te van a amar por quien eres. -Tomé una profunda respiración que me estremeció. Sus palabras significaban más de lo que jamás podría saber. Me emocionaba que tuviera tanta fe en mí, pero yo todavía no tenía fe en mí mismo. Ahora, estaba aún más nervioso, porque de verdad quería que me quisieran.

-Pero... -Tomó mi mano cuando empecé a alisar el cabello de mi cara.

-No hay peros. Todo va a estar bien. Es fácil llevarse bien con ellos, son personas tranquilas y centradas, así que no tienes nada de qué preocuparte. ¿De acuerdo? -Asentí, pero mi estómago seguía revolviéndose. -Te voy a hacer una promesa. -Cuando se inclinó para besar mi sien, de inmediato eché un vistazo alrededor para asegurarme de que nadie nos vio
cuando me di cuenta... aquí no teníamos que ocultar nada, no cuando nos encontrábamos tan lejos de la ciudad. Guau. No teníamos que escondernos-. Si dejas de preocuparte, voy a mantener mis manos tranquilas hasta después de la cena con ellos. ¿Trato?

-Trato -dije, aunque no existía forma para dejar de preocuparme. Sin embargo, era lo que esperaba que dijera, porque Tae me sonrió.

- Genial. ¿Estás listo? -Diablos no. Pero asentí y le envié una sonrisa tensa.

-Claro. -Un ansioso aleteo echó raíces al instante en mi estómago mientras
salíamos de su camioneta y caminábamos a la entrada. Pero entonces Tae tomó mi mano, y el revoloteo de inmediato disparó fuegos artificiales a través de todos mis miembros. Bajé la mirada a los dedos enlazados. Su palma era tan cálida contra la mía. Me sentí extraño, como si estuviera protegido y querido y deseado, todo debido a un pequeño apretón de sus dedos. Por Dios que era honesto acerca de presentarme a sus padres... mientras sostenía mi mano.
Guau. Esta mierda acababa de ponerse real. Como si sintiera mis nervios, me miró. Su mirada se movió de mi rostro,
hasta nuestras manos, y luego de vuelta hasta mi rostro.

The Perfect Imperfect Kim (VHOPE) Historia 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora