25°Vo

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Taehyung

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Taehyung

El esposo de Jung abrió la puerta

—Kim —dijo, sorprendido—. Uh, Nam no se encuentra aquí esta tarde. Está trabajando…

—Lo sé. —Rodando los ojos, murmuré—: Me encuentro aquí por el niño. El pequeño.— Sus cejas se elevaron. —¿Yoongi?

—Sip. Ese. Quiere jugar… —suspiré pesadamente—, atrapadas.

—De… acuerdo. —Abriendo la puerta se hizo a un lado—. Entonces pasa… supongo. Iré a buscarlo.—Entré y el desapareció de la habitación para encontrar al niño. Metiendo mis manos en los bolsillos, miré el cuarto de enfrente mientras esperaba.

—Te tomaste el tiempo suficiente para venir —susurró una voz. Me giré para hallar a Hoseok usando una camiseta holgada y pantalones deportivos, cojeando hacia mí. Se veía cansado y tenía ojeras bajo los ojos, pero seguía
siendo demasiado hermoso. Ni siquiera puedo describir cómo se sentía saber que se encontraba lo suficiente cerca como para volver a tocarlo. Mis dedos hormiguearon cuando hicieron contacto con su mejilla.

—¿Qué haces fuera de la cama? ¿Cómo te sientes?—Se recostó contra mí, y le di un cálido abrazo.

—Mi estómago sigue dándome punzadas, pero me siento un millón de veces mejor que anoche. Tu ojo negro luce muy oscuro. ¿Te encuentras bien?
—En realidad tenía un pequeño dolor de cabeza, pero dije.

—Estoy bien. Nunca adivinarás quien me llamó hoy.—Levanto el rostro. Sombras llenaron sus ojos.

—No lo sé. ¿Una ex novia o novio?

—¿Qué? No. —Bajé la voz y me acerqué

—. Lang Tahoe Kiong. —Sus ojos se ampliaron.

—Oh, guau. ¿Conseguiste una entrevista con ellos?— Asintiendo, solté el aliento.

—Quería decírtelo en persona. —Se inclinó y me besó en la mejilla.

—Eso es fantástico. Felicitaciones.
— Observaba su rostro de cerca, por lo que juro que vi un poco de miedo cruzar sus ojos. O tal vez solo lo imaginé.—¿Estás emocionado? —preguntó. Bufé.

—Más bien cagado de miedo. —Di un paso más cerca de el hasta que pude volverme loco con su aroma. Casi le dije que no iría si no quería, pero Yoongi entró corriendo a la habitación.

—¡Kim! Realmente viniste.—Apartándome de Hoseok, junté mis talones para poder darle un saludo
a la pequeña mierda.

—Reportándome para el deber chantajeante como requirió, señor.
—Se rió y luego agarró mi mano para arrastrarme de la sala de estar, lejos
de Hoseok. Lo miré, con un gesto sombrío de despedida. Sonrió y rodó sus ojos, pero me sopló un beso. El balón de futbol que el niño encontró se hallaba desinflado, así que pasamos unos buenos veinte minutos sacando un inflador de mano y llenando de nuevo el balón con aire. También estaba lleno de polvo.

The Perfect Imperfect Kim (VHOPE) Historia 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora