(Este capítulo tiene contenido +18, si sigues leyendo es bajo tu decisión)
Una dulce fragancia recorre desde mis fosas nasales hasta lo más profundo de mi. Los rayos de sol se notan un poco a través de mis ventanas cubiertas. Giro mi cabeza lentamente intentando despertarme por completo.
Aquella azabache dueña de mi corazón es la causante de generarme tanta felicidad, despertarme con una sonrisa después de tener una madrugada tan agitada cómo está no está en la lista de cosas por hacer de nadie. Pero cuando tienes una razón para hacerlo, una dulce y preciosa razón que te impulsa a hacer mil locuras solo por tenerla ahí, a centímetros de ti causándote mil emociones inexplicables, lo haces sin pensarlo dos veces.El amor... sentimiento que muchas veces carece de sentido, pero... ¿para qué necesitamos que lo tenga?
Si somos felices es más que suficiente, sentirte conectado de mil maneras con alguien es la razón perfecta para creer que están destinados a todo juntos, que aquella persona que quizás no pensaste es tu alma gemela.Me acerqué a Marinette frotando suavemente su mejilla con mi pulgar y luego me levante camino al baño por una ducha.
Al salir de la ducha tome camino a la cocina, pedí un desayuno muy especial al chef y esperé un tiempo por el.
Una vez listo los lleve yo mismo a la habitación con toda la intensión de despertar a Mari con aquel detalle.Entre a la habitación y veo la cama vacía, mi corazón se estrujó, coloqué la bandeja en la cama y me quedé callado un rato.
De pronto la puerta de mi baño se abre y una Marinette con cabello mojado y... ropa interior sale del baño.
—¡Oh por Dios!—Grite apenado, —Lo lamentó Marinette, no quise, digo no sabía que estarías...
—Tranquilo— respondió completamente calmada, colocándose una toalla, —Es mi culpa, es tu habitación, debí deducir que podrías llegar en cualquier momento— terminó de decir sonrojada.
—Fue un error de ambos— dije peinando mi cabello, —Te traje desayuno, esperaba que fuera más... romántico.
—Gracias mi príncipe, créeme, si que eres romántico.
Dijo acercándose a mi, tomó mi barbilla y plantó un suave pero delicioso beso en mis labios.Acordamos ir a su casa apenas termináramos de desayunar. Sus padres y los kwamis si que la extrañaban, pero claramente nos transportaríamos transformados hasta una calle antes de su casa. Así evitamos a Félix y sus guardias.
POV Marinette.
Estaba a unos metros de mi casa y sentí miles de emociones juntas, tenía miedo de ver a mis padres hayan tocado fondo sin mi ahí, de ver cómo había cambiado el ambiente, de que todo cambiara por completo con mi regreso y ahora fueran sobre protectores (cosa que entendería), a la vez estaba feliz, tan pero tan feliz de verlos de nuevo, de hablar con ellos, de tener ese afecto que solo sabe dar la familia. Ya los extrañaba.—Sabine... Tom— dijo Adrien entrando por la puerta de la panadería
—Si hijo, ¿pasa algo?— respondió mi padre.
—Les tengo una sorpresa.Mis padres se unieron en un medio abrazo y miraron a la puerta. Esa era mi señal para aparecer por ella, respiré profundamente y lo hice.
—¡HIJA!— gritaron ambos.
—Padres, los extrañé demasiado— las lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas.
—No tienes idea de la falta que nos hiciste— se unieron al llanto.Adrien estaba frente a nosotros intentando no llorar con aquella escena que le estábamos brindando. Mis padres se separaron de mi y lo miraron, sentí que fue de las miradas que no necesitan palabras para decirlo todo. El se acercó lentamente dejando salir aquellas lágrimas que retenía y se unió al abrazo.
—Gracias Adrien, estaremos agradecidos de esto por toda la eternidad. Te queremos mucho— dijo mi madre acariciando levemente el hombro de Adrien.
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¿Novia pública?
FanfictionAdrien ahora tiene 17 años y es el chico más aclamado de Paris. En una entrevista hacen presente nuevamente la pregunta que tenía cansado a Gabriel Agreste...¿Adrien está en una relación? Sin pensarlo y para alejar ya a los medios de la vida privad...