Save Me - Kazutora

01.

17 de marzo 2005, Tokyo - Japón

Hola! - escuchó el pequeño castaño que lloraba en una esquina del baño, ese mismo día sus padres habían discutido, haciendo que su madre saliera lastimada por los fuertes golpes por parte de su padre, a quien odiaba con todo su ser, ¿cómo podía existir una persona tan cruel como aquel hombre? y peor aún, compartir sangre con él. - ¿Qué quieres? No me golpees por favor, hoy no traje dinero, mamá se encontraba muy débil y no quería molestarla.. - lloraba cada vez más fuerte, sentía que su corazón saldría en cualquier momento, sus respiración era agitada, todo se tornaba borroso, a su corta edad ya había pasado por varias crisis debido a la ansiedad. - No te haré daño, no tienes de que preocuparte, vi que unos niños estaban buscándote así que vine a ayudarte, eres Kazutora, ¿verdad? - la respuesta lo había tranquilizado de alguna manera, el bajo pelinegro se veía amistoso, no parecía querer golpearlo. - Si.. soy Kazutora, ¿tú quien eres? ¿cómo me conoces? - preguntó, tenía muchas dudas y pocas respuestas. - Soy Baji!, me acabo de mudar con mi mami, así que soy nuevo. - una inmensa sonrisa se asomó en aquel chico nuevo, llamaba la atención del castaño, tenía una linda sonrisa. - ¿Por qué quieres ayudarme? - aún ni entendía que razones tenía el otro para querer defenderlo, ¿buscaba algo a cambio? - ¿Necesito razones para ayudarte? mami me enseñó a ayudar a las personas que lo necesitan, y tu lo necesitas. - soltó a llorar por tercera vez el castaño, ¿acaso ese nuevo compañero de clases era un ángel? - ¿Por qué lloras Kazutora? ¿Puedo ayudarte con algo? ¿Estás enfermo? Tal vez te duele algo, ¿Quieres que llame a la maestra? - tantas preguntas y solo quería un abrazo, ¿hace cuanto tiempo sus papás le habían dicho que lo amaban? ¿alguna vez lo habían hecho? - Baji.. ¿puedes abrazarme? por favor.. - terminó de decir aquellas palabras y sintió un fuerte abrazo por parte del contrario, todo el día se habían saltado las clases para quedarse abrazados, Kazutora se sentía mucho mejor después de hablar con él, había descubierto que no era el único que veía a sus padres discutir, pero en el caso de Baji ellos se acababan de separar y ahora viviría con su mamá y eso lo hacia el niño más feliz de todos. - Seamos mejores amigos Kazutora, me caes muy bien, estemos juntos siempre! - sonrió mientras abrazaba a su nuevo amigo, había sido el mejor primer día de clases de toda su vida. - Puedes llamarme Kazu, ya que ahora eres mi mejor amigo. - murmuró mientras tímidamente aceptaba el abrazo del contrario, se sentía en paz durante todo ese tiempo, claro, eso llegaría a su fin cuando volviera a casa. - Kazu, ya es salida, mami va a venir a buscarme, también debes ir a tu casa - hablaba mientras se levantaba, dándole la mano al otro para que también pueda hacerlo. - Yo.. no quiero ir a casa, puedes ir con tu mami Baji, yo estaré bien, no te preocupes. - sonrió mientras empujaba a su nuevo amigo hacia la salida. - Nono, me niego a que te quedes aquí solo, debes almorzar, espérame un ratito. - el pelinegro se acercó a una joven mujer, se veía muy alegre y se parecía a él, así que lo más probable es que era su madre, jugaba con sus pequeños dedos cuando su amigo volvió hacia él. - Kazu! mami dijo que podías almorzar en mi casa! - una dulce sonrisa se asomó otra vez en el rostro de aquel niño nuevo, los lindos colmillos que tenía lo hacían ver aún más tierno. - ¿No seré molestia si voy a tu casa? - preguntó, lo que menos quería ahora era incomodar a la madre de Baji. - Nop, no eres molestia, ya vamos a mi casa, tengo hambre y sé que tu también juju. - juntos fueron a tomar sus mochilas y volvieron tomados de la mano, ese dia había sido el mejor en toda la vida de Kazutora.