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Llegaron a la casa del pelinegro y Kazutora quedó sorprendido, no era lejos de su casa, de hecho era muy cerca a ella, al menos podría venir lo a ver más seguido, se adentraron a la linda y cómoda casa, ese era un verdadero hogar, se podía notar el amor entre Baji y su madre, apesar de que tenían diferencias siempre terminaban abrazados, ¿por qué el no podía ser así con su mamá? ¿por qué ella siempre evitaba verlo? ¿Lo odiaba? ¿el no había hecho nada? ¿realmente merecía eso?

En qué tanto piensas Kazu? mami se está demorando demorando servir la comida porque no entraba los platos, ayúdame a ordenar la mesa - sacó de sus pensamientos al castaño, eso había sido lo mejor, no era bueno sobrepensar las cosas y menos si eso le hacía daño. - Oki, ya te ayudo! - ambos ordenaron la mesa y a los minutos ya se encontraban comiendo Sukiyaki, había sido la primera vez que comían juntos, más no la única y mucho menos la última, sin imaginarlo su amistad duraría por toda su vida, pero.. solo su amistad. - Estuvo muy rico mami de Baji - tenía una sonrisa de oreja a oreja, era la primera vez que el pelinegro lo veía así por lo que se quedó sorprendido. - Tienes una sonrisa muy linda Kazu - tomó sus mejillas y comenzó a jugar con ellas, su mamá solo los observaba con una sonrisa, la hacía tan feliz saber que en su primer día de primaria su hijo ya había conseguido un mejor amigo. - Kazu, está bien si llamo a tu mamá para que te quedes a dormir aquí hoy? - preguntó la mamá de su amigo mientras acariciaba su cabello. - Ohh, claro.. espero que mi madre si me deje dormir aquí por hoy.. - esperaba con todo su corazón que le permitiera quedarse esa noche con su amigo, quería paz por unas horas, era lo único que deseaba, le dictó el número de ella a la mami de Baji y comenzó a jugar con su amigo mientras la mamá de éste estaba al teléfono. - Kazu, tu mami dijo que puedes quedarte por hoy en casa! - sonrió mientras observaba a los dos niños. - ¡¿En serio?! que felicidad jiijijiji, hoy me quedaré aquí Baji!! - abrazó al contrario mientras ambos sonreían, definitivamente sería el mejor día de su vida.

A la mañana siguiente..

Chicos ya es de día, despierten que deben ir a la escuela! - habló la mamá del pelinegro mientras encendía la luz de la habitación. - Mamii, aún es temprano déjanos dormir un ratito más. - se quejo Baji. - Les dije que no durmieran tarde y no me hicieron caso, es hora de despertar, ya está el desayuno. - dejó los uniformes de ambos niños y salió hacia la cocina para servir el desayuno, ambos se comenzaron a vestir, su uniforme estaba muy limpio pues la mamá de Baji la había lavado el día anterior, se lavaron el rostro y los dientes para ya ir a desayunar. - Buen día mami de Baji!, otra vez muchas gracias por dejar que me quedara ayer a dormir. - hizo una reverencia y le sonrió a aquella joven mujer. - No tienes porque agradecer Kazu, mi mami y yo estamos agradecidos de que te hayas quedado a dormir ayer, además de aceptar ser mi mejor amigo! muchas gracias a ti! - recibió otro abrazo por parte de su amigo, si bien es cierto se habían conocido hace un día, y aún así lo quería más que a si mismo.
Los tres desayunaron juntos mientras contaban anécdotas divertidas por las que habían pasado, su vida era tan perfecta y linda, pero no tanto como su sonrisa.

Save Me - KazutoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora